Software de código abierto es un concepto cercano a cualquier persona que use dispositivos digitales. Nombres como Linux o Android resultan familiares y debido a su alto grado de penetración en el mercado probablemente han sido utilizados en algún momento por los usuarios de dispositivos digitales.
Pero si bien el software de código abierto ha evolucionado significativamente a lo largo de la historia del mundo digital, los proyectos de hardware de código abierto han tenido un rezago significativo, algo que la Unión Europea quiere ahora cambiar.
¿Qué pretende la Unión Europea al impulsar el código abierto del hardware?
Por: Gabriel E. Levy B. – www.galevy.com
El código abierto es un tipo de fuente abierta que hace referencia a un modelo de cocreación colaborativa que promueve el desarrollo de productos, procesos, sistemas y proyectos, exentos de las restricciones asociadas a los derechos de autor, como patentes y licencias, mediante la renuncia expresa de los desarrolladores. El código abierto adopta un tipo de licencia libre; busca que el producto circule sin restricciones y pueda ser utilizado de forma universal y en lo posible evolucione mediante el aporte de muchos otros creativos, permitiendo que cualquier persona interesada pueda vincularse a la iniciativa.
Los proyectos de fuente abierta y código abierto materializan el concepto de inteligencia colectiva y colaborativa en productos de alto impacto para la industria y los usuarios. Los proyectos de código abierto más populares son los de software, denominados Software de Código Abierto, especialmente aquellos derivados del lenguaje Linux, como es el caso de Android.
RISC-V, el desconocido Linux del hardware
Si bien en los temas de código abierto el software le lleva mucha ventaja al hardware, no solamente en casos de éxito, sino también en número de proyectos implementados alrededor del mundo, es posible encontrar en la historia del hardware algunos proyectos muy relevantes, que, si bien no lograron madurar en la misma proporción en que lo logró el software, son un importante punto de referencia.
Un nombre bastante familiar para los estudiantes y entusiastas de la electrónica, la robótica y los sistemas es Arduino, un proyecto desarrollado en 2003 por estudiantes italianos para abaratar y facilitar el estudio de la electrónica. Este sistema puso de moda el concepto de hardware abierto y puede considerarse un predecesor de las actuales iniciativas en el área.
Años más tarde se conoció un proyecto iniciado en el año 2010 en la Universidad de California en Berkeley, y que fue denominado en su momento como RISC-V, una sigla cuyo acrónimo traducido al español significa conjunto de instrucciones reducidas, convirtiéndose en muy corto tiempo en el proyecto de código abierto más sólido desarrollado hasta ese momento, compuesto por un conjunto de instrucciones para arquitecturas en hardware, es decir, procesadores informáticos y sus diferentes derivados electrónicos.
Desde sus inicios RISC-V proporcionó varios prototipos de CPU disponibles de forma gratuita bajo las licencias BSD (Berkeley Software Distribution), permitiendo que los trabajos derivados, como los diseños de chips RISC-V, sean abiertos y gratuitos.
El proyecto de la Unión Europea
Recientemente la Comisión Europea decidió adjudicar a OpenForum Europe y Fraunhofer ISI[1] el diseño y elaboración de un informe que permita cuantificar el impacto del software y el hardware de código abierto en temas transversales para la Unión Europea, como son la independencia tecnológica, la competitividad y la innovación. Al respecto, el doctor Andrew Katz, experto que dirige la sección de hardware abierto de esta investigación, afirmó “tal y como lo publicó recientemente El País de España”[2] que:
“Es la primera vez que se menciona el hardware abierto en un estudio de este tamaño, lo que demuestra que está llegando a la mayoría de edad y que puede ser crucial para la economía europea durante la próxima década.
La idea es identificar las fortalezas, debilidades, oportunidades y desafíos del código abierto en asuntos relevantes para el desarrollo tecnológico en la UE, como la ciberseguridad, la inteligencia artificial (IA), la digitalización de la industria, el coche conectado, la supercomputación, el big data y blockchain”. Doctor Andrew Katz, Publicado por Retina del País de España[3]
Por su parte para el experto Lluís Terés del Instituto de Microelectrónica de Barcelona, la Unión Europea estaría pensando en retomar los avances alcanzados hasta ahora en los procesadores basados en la tecnología de RISC-V, buscando darle el impulso suficiente para posicionarlos en el mercado en el siguiente nivel:
“Esto supondría cambios muy importantes en el mercado de los núcleos microprocesadores y chips, así como en los sistemas y circuitos integrados basados en tales núcleos”, Lluís Terés, investigador del CSIC en el IMB-CNM (Instituto de Microelectrónica de Barcelona – Centro Nacional de Microelectrónica) [4].
Un asunto de geopolítica
La decisión de la Unión Europea de comenzar a trabajar intensamente en proyectos de código abierto, también en software, pero especialmente en hardware, constituye una hábil estrategia para ganar independencia en el campo de la informática y evitar el creciente control de países que hasta ahora mantienen concentrada la producción y distribución de hardware. Y no solo se trata de Estados Unidos, China y Rusia, sino incluso del Reino Unido, que por cuenta del Brexit ha dejado de pertenecer a la Unión Europea[5], y en donde está ubicado ARM[6], uno de los principales productores de procesadores de cómputo en el mundo, siendo importante recordar que el Reino Unido y ARM en algún momento del 2019 analizaron la posibilidad en sumarse al veto norteamericano contra Huawei[7].
Para la Unión Europa, promover desarrollos que no dependan de una patente industrial o de un determinado fabricante garantiza no solo la democratización de la industria, sino independencia frente a otros países o agentes específicos en el mercado, lo cual mantiene protegida su soberanía, promoviendo el crecimiento plural de todo el sector.
Un paso muy importante dado por la Unión Europea en esta materia ocurrió en diciembre de 2018 cuando se puso en marcha el proyecto EPI (European Processor Initiative[8]), promovido por la misma Comisión Europea y que reunió a 27 socios de diez países para crear un gran procesador europeo para superordenadores mediante la tecnología de RISC-V.
Todas estas iniciativas se traducirán en un crecimiento sin precedentes en la industria del hardware de código abierto; de acuerdo con una proyección realizada por la firma de investigación Tractica “los ingresos globales generados por RISC-V pasarían de 52 millones de dólares en 2018 a 1.100 millones en 2025[9].”
En conclusión, gracias al desarrollo de RISC-V realizado por la Universidad de California en Berkeley en 2010 y las actuales iniciativas promovidas por la Unión Europea, es muy seguro que en esta década presenciemos un crecimiento del hardware de código libre, igual o superior al visto con el software de código libre en la década pasada, lo que podría garantizar una mayor democratización de la industria, generar una menor concentración de la producción en unos pocos países y permitir una importante reducción de valores al no tener que incluirse el feed de las licencias o patentes en los costos de venta.
[1] Artículo de referencia sobre esta iniciativa
[2] Artículo en RETINA del País de España
[3] Artículo del País de España
[4] Artículo del País de España
[5] Artículo del New York Times: ¿Qué es el Brexit?
[6] Artículo de Wikipedia sobre ARM
[7] Artículo del País sobre el posible veto de ARM a Huawei.