El Gobierno de Estados Unidos ha presentado un documento dirigido a todas sus agencias estatales, el cual contiene diez principios de referencia[1] para la política pública y regulatoria sobre Inteligencia Artificial[2].
La noticia representa un significativo cambio en la política del gobierno de Trump, que anteriormente había descartado intervenir en el tema de la Inteligencia Artificial, aduciendo que lo debía resolver la industria sin la injerencia del estado[3].
¿Qué implicaciones tiene la nueva política de USA en IA?
La Inteligencia Artificial (IA), hace referencia al tipo de procesamiento basado en algoritmos informáticos que puede desarrollar una máquina computacional, mediante un tipo de imitación electrónica de las funciones cognitivas humanas como: percibir, razonar, aprender y resolver problemas[4].
Según Takeyas (2007) la IA: “Es una rama de las ciencias computacionales encargada de estudiar modelos de cómputo capaces de realizar actividades propias de los seres humanos con base a dos de sus características primordiales: el razonamiento y la conducta”[5].
En 1956, John McCarthy acuñó la expresión “Inteligencia Artificial”, y la definió como “la ciencia e ingenio de hacer máquinas inteligentes, especialmente programas de cómputo inteligentes[6]”.
La Inteligencia Artificial hace parte de los algoritmos con los que se han diseñado las aplicaciones que usamos diariamente en nuestros móviles o computadores, siendo esencialmente programas que utilizamos en muchos aspectos de nuestra vida cotidiana. Por ejemplo, la detección de rasgos faciales para desbloquear los dispositivos móviles, o los asistentes virtuales de voz como Siri de Apple, o el mecanismo mediante el cual Netflix nos ofrece la oferta de contenidos en la pantalla de inicio o como Facebook ordena los contenidos publicados por nuestros amigos en el Feed que visualizamos cada vez que abrimos la aplicación.
La Inteligencia Artificial estará presente en prácticamente todos los aspectos de la vida humana y aunque en la mayoría de los casos se trata de soluciones para hacernos más fácil el mundo que habitamos, también existe un alto riesgo asociado a esta tecnología, no solo porque puede utilizarse para usos militares y geopolíticos, sino porque en un determinado momento dicha inteligencia puede llegar a ser tan autónoma que se vuelva en contra de la humanidad misma, al mejor estilo del argumento planteado por la trilogía de Matrix.
Es por esta razón, que en los últimos años los gobiernos del mundo vienen no solo invirtiendo grandes sumas de dinero en investigación y desarrollo de la Inteligencia Artificial[7], sino también en su regulación integral[8]. Países como China[9], Reino Unido y Rusia[10] han declarado la Inteligencia Artificial como prioritaria en sus agendas[11], al tiempo que Emmanuel Macron, anunció a finales de abril un plan de IA que Francia respaldará con 1.365 millones de euros en fondos, nuevos centros de investigación, iniciativas de intercambio de datos y pautas éticas sobre Inteligencia Artificial[12]. Por su parte, Estados Unidos tuvo importantes avances durante el gobierno de Obama[13], mientras el gobierno Trump no había mostrado mayor interés, por el contrario, tal y como lo informó MIT Technology Review, “Las personas que trabajaban en la administración Trump aseguraron que no tenían ninguna intención de crear una estrategia nacional de inteligencia artificial, argumentando que minimizar la interferencia del Gobierno era la mejor manera de ayudar a que la tecnología prosperara”. No obstante, la publicación del nuevo decálogo regulatorio presentando en Estados Unidos por el Gobierno, representa un cambio de rumbo en la política de Trump, que aunque un poco tarde, ha decidido interesarse en el tema buscando equipararse con China y Rusia.
Entendiendo el decálogo de los 10 principios de la IA en EE. UU.
Los 10 principios o decálogo sobre Inteligencia Artificial fueron publicados por la Oficina de Política Científica y Tecnológica de EE. UU. (OSTP, por sus siglas en inglés), y está compuesto principalmente por tres grandes objetivos: “El primero es garantizar la participación pública, el segundo limitar el exceso regulatorio y el tercero promover una Inteligencia Artificial fidedigna, justa, transparente y segura”.
«La OSTP está intentando crear un tamiz regulatorio. Un proceso como este parece un intento muy razonable de incorporar un control de calidad en la política sobre la IA»,
David Edelman. Director del Proyecto sobre la Tecnología, Economía y Seguridad Nacional del MIT, R.
A su vez los diez principios formulados por la OSTP, de acuerdo con la interpretación realizada por el MIT[14], son:
- “Confianza pública en la IA. El Gobierno debe promover aplicaciones de IA fiables, sólidas y fidedignas.
- Participación pública. La sociedad debería tener la oportunidad de dar su opinión en todas las etapas del proceso de la elaboración de normas.
- Integridad científica y calidad de la información. Las decisiones políticas se deben basar en la ciencia.
- Evaluación y gestión de riesgos. Las agencias deben decidir qué riesgos son aceptables y cuáles no.
- Beneficios y costes. Las agencias deben sopesar los impactos sociales de todas las regulaciones propuestas.
- Cualquier enfoque debe poder adaptarse a los rápidos cambios y actualizaciones de las aplicaciones de IA.
- Trato justo y sin discriminación. Las agencias deben asegurarse de que los sistemas de IA no discriminen.
- Divulgación y transparencia. La sociedad confiará en la inteligencia artificial solo cuando sepa cuándo y cómo se utiliza.
- Seguridad y protección. Las agencias deben mantener seguros y protegidos todos los datos utilizados por los sistemas de IA.
- Coordinación entre las agencias. Las agencias deben hablar entre ellas para ser coherentes y previsibles en las políticas relacionadas con la IA”.
El director de Tecnología de EE. UU., Michael Kratsios, afirmó en una rueda de prensa que:
«Los nuevos principios regulatorios de EE. UU. para la IA ofrecen orientación oficial y reducen la incertidumbre para los innovadores acerca de cómo su propio Gobierno aborda la regulación de las tecnologías de inteligencia artificial, estimulando la innovación, lo que permitirá a Estados Unidos dar forma al futuro de la tecnología a nivel mundial y contrarrestar las influencias de los regímenes autoritarios”.
Michael Kratsios
Para la humanidad en general es muy importante que la Inteligencia Artificial no quede a la deriva de la empresa privada, pues si bien ya estamos disfrutando de muchos de los beneficios que esta tecnología puede arrojar, al mismo tiempo es una peligrosa herramienta que puede comprometer la existencia misma de la humanidad. Por esta razón, el cambio en el rumbo regulatorio presentado por Estados Unidos, constituye un importante paso para garantizar una implementación de la IA, segura, transparente, ética y confiable, aunque este es solo un primer paso de muchos que tendrán que dar los gobiernos para evitar que esta tecnología se salga de control.[1] Artículo de análisis de Lexology
[2] Artículo del portal Especializado del MIT
[3] Noticia publicada por Notipress
[4] Libro: Artificial intelligence: a modern approach (en inglés) Upper Saddle River, N.J.: Prentice Hall. ISBN 0-13-604259-7.
[5] Artículo académico: Introducción a la Inteligencia Artificial
[6] Libro: Una nueva síntesis sobre Inteligencia Artificial
[7] Artículo de “Muy Interesante” sobre la estrategia de China en Materia de IA
[8] Artículo de “Estrategia y Negocios” sobre los avances de China en material de IA
[9] Artículo del MIT sobre los propósitos de China en materia de IA
[10] Artículo de RT sobre los avances de Rusia en materia de Inteligencia Artificial
[11] Artículo de: La Vanguardia, sobre los avances de China en Materia de IA
[12] Artículo especializado del MIT sobre IA
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