La elección de Robert Francis Prevost como Papa León XIV el 8 de mayo de 2025 no solo sorprendió por su elección, sino también por la rapidez con la que se viralizó su imagen y su historia en las redes sociales.
En cuestión de horas, una avalancha de fotos, videos y publicaciones de su vida personal y profesional invadió las plataformas, permitiendo a millones de personas conocer al nuevo pontífice antes de su primera aparición pública.
Este fenómeno se presenta como un reto para la Iglesia Católica, pues la figura papal, antaño envuelta en un halo de misterio, ahora se desdibuja en el vasto archivo digital de la era moderna.
“La historia tiene una memoria más viva que la tradición”
Por: Gabriel E. Levy B.
La elección de Prevost como León XIV marca un hito en la historia moderna de la Iglesia. Aunque la imagen pública de los papas se había transformado en las últimas décadas, sobre todo con Francisco y su acercamiento a los fieles a través de gestos informales y espontáneos, nunca un pontífice había sido tan conocido al asumir el cargo.
Robert Francis Prevost, obispo de Chiclayo y ex-prefecto del Dicasterio para los Obispos, ya era una figura visible, no solo dentro de la Iglesia, sino también fuera de ella, gracias a su participación en causas sociales y a la difusión de su vida en plataformas digitales.
El sociólogo italiano Giovanni Sartori, en su obra Homo Videns, había anticipado los cambios radicales en las sociedades contemporáneas, influenciadas por los medios de comunicación visuales: “El ver sustituye al entender”.
En el caso de León XIV, el fenómeno es aún más complejo, ya que el Papa no es solo visto, sino que su historia personal es expuesta y debatida públicamente. Los límites entre la figura de autoridad espiritual y la exposición de la vida privada se difuminan en una era donde todo es documentado y compartido sin filtros.
“El Papa como un influencer involuntario”
La presencia de León XIV en las redes sociales desde su elección ha sido arrolladora.
El Papa, antes de convertirse en pontífice, ya había protagonizado numerosos momentos que fueron registrados y distribuidos en internet: videos de sus intervenciones en causas sociales, fotos de su tiempo como sacerdote y obispo, así como declaraciones públicas sobre temas como la pobreza, la justicia social y la reconciliación.
La forma en que su figura pública se construyó a través de estos medios es un claro ejemplo de cómo la tecnología ha cambiado la percepción de los líderes espirituales.
El teólogo español Juan José Tamayo, en su libro Iglesia y Sociedad, explica que la Iglesia se enfrenta hoy a un reto fundamental: “La credibilidad ya no se construye solo a través de la palabra, sino también de la imagen”. Y este reto se ve reflejado en la figura del Papa León XIV.
Los fieles no solo buscan sus homilías o sus intervenciones en el Vaticano, sino que también analizan su vida pasada, sus posturas previas y, sobre todo, las imágenes que han quedado de él.
En una época donde todo se puede compartir instantáneamente, el Papa se convierte en una figura que no solo es observada, sino también evaluada y juzgada por millones de personas.
La Iglesia, por tanto, se enfrenta a un dilema: ¿cómo preservar la solemnidad de la figura papal cuando esa figura es constantemente sometida al escrutinio público? ¿Cómo mantener la reverencia hacia el Papa cuando todo en su vida está documentado y disponible para todos?
“Las imágenes que no se pueden borrar”
El archivo digital de León XIV no es solo un relato personal; es un registro construido por millones de usuarios.
Como ha señalado el sociólogo Manuel Castells en La era de la información, las redes sociales no solo transforman la forma en que nos comunicamos, sino que también reconfiguran las relaciones de poder y autoridad. En el caso de León XIV, su historia no solo es narrada desde el Vaticano, sino también desde las plataformas de Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.
Las imágenes de su vida, desde sus primeros días como sacerdote hasta su trabajo en el Dicasterio para los Obispos, son accesibles a cualquier persona con una conexión a internet.
Este fenómeno de exposición ha creado una nueva dinámica entre la Iglesia y sus feligreses.
Antes, la figura papal se construía desde el Vaticano, con una cuidadosa gestión de la imagen del pontífice. Ahora, la imagen del Papa se construye a través de las redes sociales, donde los mensajes, fotos y videos son interpretados y recontextualizados por los usuarios.
Esta hiperexposición tiene un costo.
“El pasado no se olvida, se retuitea”
Desde su elección como León XIV, la figura de Robert Francis Prevost ha generado una notable ola de atención, especialmente en América Latina, donde sirvió durante años como obispo de Chiclayo, en Perú.
Su trabajo pastoral en comunidades vulnerables, especialmente durante la pandemia, cuando facilitó la adquisición de plantas de oxígeno para hospitales locales, ha sido ampliamente difundido y celebrado en redes sociales.
Imágenes de sus recorridos por zonas rurales, sus misas en capillas improvisadas y su cercanía con las poblaciones excluidas han reforzado su perfil como un líder espiritual empático y comprometido.
Estas imágenes, lejos de generar controversia, han consolidado una percepción positiva sobre su pontificado en muchos sectores del continente.
En lugar de tener que emitir aclaraciones, el Vaticano ha aprovechado esta narrativa para destacar el rostro pastoral y humano de León XIV, proyectando su experiencia latinoamericana como un símbolo de continuidad con el legado de Francisco.
No obstante, esta exposición también ha planteado preguntas sobre el rol del Papa en la escena global y sobre cómo equilibrará su cercanía con las causas sociales con las exigencias institucionales del Vaticano.
En este sentido, el Papa León XIV se enfrenta a una realidad que sus predecesores no conocieron: un mundo en el que la memoria no es más una construcción institucional, sino una batalla constante por controlar la narrativa en una red de información global.
En conclusión, la elección de Robert Francis Prevost como León XIV no solo marcó un hito dentro de la Iglesia Católica, sino que también subraya los desafíos de un pontificado en la era de la hiperconectividad.
La figura papal, ya de por sí compleja y simbólica, se encuentra ahora inmersa en un entorno digital que redefine su autoridad y su imagen.
En tiempos de viralidad, el Papa se convierte en una figura que, aunque sigue siendo sagrada, también está constantemente bajo la mirada de una audiencia global.
Referencias:
- Sartori, G. (1998). Homo Videns: La sociedad teledirigida. Taurus.
- Tamayo, J. J. (2012). Iglesia y Sociedad. Editorial Trotta.
- Castells, M. (2001). La era de la información: Economía, sociedad y cultura. Alianza.
- Vatican News (2025). Biography of Robert Francis Prevost, Pope Leo XIV. vaticannews.va
- El País (2025). León, la última jugada de Francisco. elpais.com