Worldcoin, una empresa cofundada por Sam Altman, CEO de OpenAI, propone un sistema intrigante y controvertido: escanear el iris de las personas a cambio de criptomonedas. La idea es crear una identidad digital única y verificar la autenticidad de los usuarios en una red global.
Con más de 100 millones de usuarios registrados, esta propuesta levanta adeptos pero también serias preocupaciones sobre la privacidad y la seguridad de los datos biométricos.
La promesa de una identidad digital única
Por: Gabriel E. Levy B.
Desde su fundación en 2019, Worldcoin se ha propuesto transformar el concepto de identidad digital. Utilizando tecnología avanzada, la empresa escanea el iris de los usuarios para crear una identificación única, una solución que promete reducir el fraude y mejorar la seguridad en un mundo cada vez más digital.
El iris, con su complejidad y unicidad, proporciona un medio de identificación casi infalible, evitando problemas comunes en sistemas tradicionales de seguridad, como la duplicación de documentos o la suplantación de identidad.
La tecnología de Worldcoin se basa en dispositivos conocidos como «Orbs», que son esferas portátiles diseñadas para escanear el iris de una persona en pocos segundos.
Este proceso genera una criptografía de su identidad biométrica que se almacena en la blockchain, garantizando que cada individuo pueda ser identificado de manera única sin la necesidad de compartir datos personales sensibles.
La promesa es una red donde cada persona tiene una sola identidad digital, facilitando transacciones más seguras y eliminando múltiples registros falsos.
Según Forbes, esta tecnología tiene el potencial de revolucionar la manera en que interactuamos en línea, asegurando que cada individuo tenga una única identidad digital verificable.
La implementación de este sistema podría significar el fin de los múltiples inicios de sesión y contraseñas, facilitando un acceso universal y seguro a servicios digitales y financieros, algo que resulta particularmente prometedor en áreas con baja bancarización.
No obstante, las preocupaciones no han tardado en surgir.
La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) y otros organismos internacionales han expresado su preocupación por los riesgos que implica la recolección masiva de datos biométricos.
Estos datos, únicos e inalterables, podrían ser objeto de robo o uso indebido, generando consecuencias irreversibles para los individuos afectados. Además, la posibilidad de que estos datos sean utilizados con fines de vigilancia o control por parte de gobiernos o entidades privadas añade una capa adicional de inquietud.
La protección de estos datos en una era de ciberataques y vulnerabilidades en sistemas digitales es una tarea titánica que exige robustas medidas de seguridad y estrictas regulaciones.
La controversia detrás del escaneo del iris
La propuesta de Worldcoin ha sido objeto de investigaciones y críticas en diversos países. En España, la Federación de Consumidores y Usuarios (CECU) ha alertado sobre los peligros de compartir datos biométricos, destacando que, a diferencia de una contraseña, un iris no puede ser cambiado si se ve comprometido. Según CECU, los datos biométricos, una vez robados o suplantados, representan un riesgo permanente para la privacidad del indiv Un futuro incierto
La respuesta de Worldcoin a estas preocupaciones ha sido asegurar que no se requiere información personal para registrarse y que los datos recolectados no serán vendidos. Sin embargo, los críticos argumentan que, incluso sin la venta de datos, la mera recolección y almacenamiento de información biométrica plantea serios riesgos. Si los datos fueran hackeados, los individuos afectados tendrían pocas opciones para proteger su identidad.
El dilema de Worldcoin refleja un problema más amplio en la era digital: cómo equilibrar la innovación con la protección de la privacidad. Mientras que la tecnología avanza a pasos agigantados, las leyes y regulaciones a menudo quedan rezagadas, dejando a los ciudadanos vulnerables.
La expansión y el impacto de World App
World App, la primera cartera nativa de Worldcoin, ha alcanzado un hito significativo con 10 millones de usuarios en menos de un año desde su lanzamiento en mayo de 2023. Esta aplicación permite a los usuarios autenticar su identidad con World ID, ejecutar transacciones globales sin comisiones y participar en intercambios de tokens criptográficos. Actualmente, la aplicación sirve a usuarios en más de 160 países, con 2 millones de ellos interactuando diariamente y facilitando más de 70 millones de transacciones.
Tiago Sada, jefe de producto en TFH, expresó su entusiasmo por este logro, destacando el impacto tangible de la aplicación. «Alcanzar este hito demuestra el potencial de hacer que las tecnologías fundamentales de Ethereum sean accesibles y fáciles de usar», afirmó Sada. World App busca simplificar las interacciones con criptomonedas, centrándose en las funciones esenciales de Worldcoin y Ethereum.
En Kenia, un usuario de World App compró una cabra utilizando Worldcoin, una historia que captó la atención y el apoyo de la comunidad cripto. Esto llevó a donaciones que permitieron al usuario adquirir más ganado, ilustrando el potencial transformador de la criptomoneda. Sada comentó: «Historias como esta ilustran vívidamente el potencial transformador de la criptomoneda. Nuestra visión es habilitar experiencias empoderadoras similares a escala global».
Worldcoin en Latinoamérica
En Chile, los puntos de escaneo de Worldcoin han aparecido en varias ciudades, despertando tanto interés como sospechas.
La respuesta del Servicio Nacional del Consumidor (SERNAC) ha sido iniciar fiscalizaciones para asegurar que la empresa cumpla con las normativas locales. En un contexto global, cada país aborda el tema de manera distinta, reflejando sus propias preocupaciones y marcos regulatorios.
En Colombia, la llegada de Worldcoin al país ha suscitado tanto entusiasmo como escepticismo.
El periódico El Tiempo de este país, destaca que, aunque la tecnología de escaneo de iris puede ofrecer soluciones innovadoras para la autenticación y la seguridad, también plantea desafíos considerables en términos de privacidad y protección de datos. La recopilación y almacenamiento de datos biométricos sensibles deben ser manejados con la máxima cautela para evitar posibles abusos o brechas de seguridad.
Actualmente la Superintendencia de Industria y Comercio ha expresado sus preocupaciones y se encuentra investigando a la compañía.
La empresa ofrece el servicio de verificación únicamente en Medellín y Bogotá.
En Argentina, la empresa enfrenta denuncias judiciales. El medio Infobae reporta que estas medidas reflejan una creciente desconfianza por parte de organizaciones de la sociedad civil hacia las iniciativas que involucran datos personales sensibles, especialmente cuando no están claramente reguladas, sin embargo la aplicación ha causado furor entre los ciudadanos que se vuelcan en Buenos Aires a validar su identidad esperando hasta semanas por un turno y por ahora el gobierno del libertario Milei pareciera no estar preocupado.
Respuestas globales
La situación en Kenia es tal vez la más delicada, donde las autoridades han suspendido las actividades de Worldcoin debido a preocupaciones sobre la seguridad de los datos.
En Alemania y Francia, las investigaciones continúan, mientras que la controversia sobre Worldcoin no es única. Otras iniciativas tecnológicas, desde el reconocimiento facial hasta la inteligencia artificial, enfrentan críticas similares.
La postura de los académicos:
Yuval Noah Harari, en su libro «21 lecciones para el siglo XXI», destaca la importancia de regular estas tecnologías emergentes para proteger la privacidad y la autonomía de los individuos. Harari advierte que, sin una regulación adecuada, las tecnologías biométricas y de inteligencia artificial podrían llevarnos a un futuro donde las libertades individuales se vean comprometidas.
La capacidad de estas tecnologías para recopilar y analizar datos a una escala sin precedentes plantea riesgos significativos para la privacidad, al convertir a los individuos en datos fácilmente explotables por corporaciones y gobiernos.
Otros académicos también comparten esta preocupación. Shoshana Zuboff, en su obra «The Age of Surveillance Capitalism», argumenta que la recolección masiva de datos por parte de las empresas tecnológicas crea un desequilibrio de poder, donde las corporaciones pueden predecir y manipular el comportamiento humano sin el conocimiento o consentimiento de las personas.
Zuboff subraya la necesidad urgente de una legislación que proteja a los ciudadanos de la explotación y vigilancia constante.
Además, Helen Nissenbaum, profesora de la Universidad de Cornell, en sus estudios sobre la privacidad contextual, enfatiza que las tecnologías deben ser diseñadas teniendo en cuenta el contexto en el que se utilizan, garantizando que los datos recolectados no sean utilizados fuera de su propósito original.
Nissenbaum sostiene que la falta de regulación específica para nuevas tecnologías puede llevar a abusos significativos y erosionar la confianza pública.
Estos puntos de vista reflejan una creciente preocupación académica sobre la necesidad de establecer marcos legales y éticos robustos que aseguren que las tecnologías emergentes se utilicen de manera que respeten y protejan los derechos fundamentales de los individuos.
En conclusión, Worldcoin se encuentra en la intersección de la innovación y la controversia, ofreciendo una visión del futuro digital que puede ser tanto prometedora como peligrosa.
La cuestión central radica en cómo gestionamos y protegemos nuestros datos en un mundo donde la tecnología avanza más rápido que las leyes que deben regularla.
El equilibrio entre progreso y privacidad será crucial para determinar el éxito de iniciativas como Worldcoin en los años venideros.