En un movimiento inesperado pero revelador, más de 115,000 usuarios de X (anteriormente Twitter) desactivaron sus cuentas al día siguiente de las elecciones presidenciales en Estados Unidos.
Esta migración masiva no solo marca un hito en la historia de la plataforma bajo la dirección de Elon Musk, sino que también abre paso al ascenso de su competidor más prometedor, Bluesky.
Redes sociales fragmentadas: un signo de los tiempos
Por: Gabriel E. Levy B.
El fenómeno de fragmentación en redes sociales no es nuevo, pero la velocidad a la que ocurre ha alcanzado niveles sin precedentes tras estas elecciones.
Según Brian Stelter, analista de redes sociales de CNN, muchos usuarios abandonaron X para escapar del ruido político que domina la plataforma.
Desde su adquisición por Elon Musk, X no solo ha polarizado aún más las discusiones políticas, sino que también ha sido acusada de facilitar la desinformación y priorizar intereses corporativos sobre el bienestar de sus usuarios.
La migración hacia Bluesky no se trata únicamente de una aversión a Musk. Para muchos, es un intento de recuperar el control sobre su experiencia en redes sociales.
Desde políticos hasta periodistas, la huida masiva refleja una desilusión con lo que X representa en la actualidad.
Este éxodo recuerda lo que Shoshana Zuboff describió en La era del capitalismo de la vigilancia: “Las plataformas tecnológicas ya no son herramientas neutrales; son agentes activos en la configuración de nuestras realidades sociales y políticas”.
Bluesky: una apuesta por la descentralización
Fundada en 2019 como una iniciativa de Jack Dorsey dentro de Twitter, Bluesky emergió oficialmente en 2021 como una entidad independiente. Su propuesta se basa en el Protocolo AT, una estructura descentralizada que otorga a los usuarios mayor control sobre sus datos y algoritmos. A diferencia de las redes tradicionales, donde una sola empresa dicta las reglas, Bluesky permite a sus usuarios elegir cómo interactuar y qué contenido priorizar.
Desde su apertura al público en febrero de 2024, Bluesky ha crecido exponencialmente, alcanzando 16 millones de usuarios en noviembre de 2024. Este rápido ascenso refleja no solo un deseo por alternativas, sino también una creciente desconfianza hacia las grandes plataformas centralizadas.
Según datos de Wikipedia, su enfoque en la personalización y moderación comunitaria la convierte en una opción atractiva para quienes buscan un entorno más seguro y controlado.
El académico Clay Shirky, autor de Here Comes Everybody, argumenta que “las plataformas descentralizadas tienen el potencial de devolver el poder a las comunidades, fomentando una participación más genuina y menos manipulada”. Esto es precisamente lo que Bluesky intenta ofrecer: una red que prioriza la transparencia y la autonomía.
Los dilemas de abandonar X
Sin embargo, el cambio no es fácil. A pesar de las críticas a X, abandonar una plataforma con una base de usuarios tan extensa implica sacrificios. Los creadores de contenido, por ejemplo, enfrentan el desafío de reconstruir audiencias desde cero en Bluesky.
Además, a Bluesky aún le faltan funcionalidades clave, como la publicación de videos y herramientas de descubrimiento avanzado.
Para los usuarios comunes, la decisión de abandonar X también está cargada de simbolismo. Quedarse podría interpretarse como un acto de apoyo implícito a Musk y sus políticas.
No obstante, marcharse implica ceder el espacio público a quienes manejan narrativas de odio o desinformación.
Es un dilema que, como indica Stelter, refleja una “erosión del sentido de comunidad en las plataformas sociales”.
El impacto de este éxodo también se extiende a niveles más profundos. Como Zuboff señaló, “la privatización de los espacios digitales amenaza con socavar las bases de la democracia”.
Si plataformas como X se perciben como instrumentos de intereses corporativos o partidistas, el acto de desconexión se convierte en una forma de resistencia.
Bluesky frente a Threads: una batalla por el futuro
Aunque Bluesky se lleva los titulares, no está sola en la competencia. Threads, de Meta, también busca captar a los usuarios desencantados con X.
Pero a diferencia de Threads, que sigue el modelo centralizado de Meta, Bluesky apuesta por una descentralización radical.
Esto podría convertirse en su mayor ventaja, especialmente en un mundo donde la privacidad y el control de datos son cada vez más valorados.
Ejemplos recientes subrayan este cambio. En agosto de 2024, la suspensión temporal de X en Brasil provocó una migración masiva a Blues.
De manera similar, eventos políticos polarizantes en Estados Unidos y Europa han fortalecido su base de usuarios.
No obstante, el reto para Bluesky radica en escalar su modelo sin comprometer su visión descentralizada, algo que otras plataformas no han logrado plenamente.
En conclusión, el éxodo hacia Bluesky marca un momento crucial en la evolución de las redes sociales. Más allá de ser una simple alternativa a X, representa un cambio en cómo las personas perciben su relación con la tecnología y el control que ejercen sobre ella. Si bien su éxito a largo plazo aún está por definirse, Bluesky abre un camino hacia un futuro donde los usuarios tengan más voz y agencia en los espacios digitales. En un mundo cada vez más interconectado, esta descentralización podría ser el cambio que muchos han estado esperando.