Tormentas Solares y el apocalipsis digital

 

Una profesora de Ciencias de la Computación de la Universidad de California en Estados Unidos, durante una conferencia en SIGCOMM 2021, denominada: “Supertormentas Solares: Planificación para un Apocalipsis en Internet”, alertó a la humanidad sobre el peligro inminente de un apagón digital en el futuro para el que no estamos preparados.

¿Qué tan probable es un apocalipsis digital?

Por: Gabriel E. Levy B.

www.galevy.com

Una tormenta geomagnética, también conocida como tormenta solar, es una perturbación temporal de la magnetósfera terrestre que puede ser causada por una onda de choque de viento solar o una eyección de masa coronal (CME, por sus siglas en inglés) que interactúa con el campo magnético terrestre.

En términos más simples, se podría ilustrar como una llamarada de materia solar, principalmente plasma, con capacidad de interferencia geomagnética, incrementando la corriente eléctrica en la tierra, impactando principalmente en los aparatos eléctricos.

¿Qué tan probable es una tormenta solar impacte en la tierra?

Desde los años 30, la humanidad tiene evidencia suficiente del probable impacto de una llamarada solar en el planeta tierra, gracias las investigaciones de Sydney Chapman y Vincenzo C. A. Ferraro[1], quienes no solo identificaron el fenómeno, sino que​ descubrieron que cuando el Sol emite una llamarada solar, también emite una nube de plasma, denominada por los científicos modernos, como una “eyección de masa coronal”.

De acuerdo con la evidencia presentada por los científicos de aquel entonces y validad por los actuales, el plasma podría viajar a tal velocidad, que luego de una llamarada solar, alcanzaría la Tierra en un rango de entre 1 a 113 días, tiempo en que la nube de plasma comprimiría el campo magnético de la Tierra, incrementando sustancialmente la carga electromagnética en toda la superficie terrestre.

El daño potencial de una tormenta solar

La Investigación académica de Abdu Jyothi descubrió que la infraestructura de Internet local y regional posee un riesgo bajo de daños, incluso en una tormenta solar masiva, porque la fibra óptica en sí no es electromagnética y por lo tanto no se vería afectada por las corrientes inducidas geomagnéticamente y aunque algunos equipos se podrían ver afectados, sería bastante simple dar solución.

De igual forma los tramos de fibra óptica cortos no sufrirían afectación, y los cables coaxiales poseen conexiones a tierra con mucha regularidad, que soportarían gran parte de las descargas, por lo que el daño sería mínimo.

El mayor impacto lo sufrirían los cables submarinos largos que conectan continentes, los cuales podrían quedarse sin los equipos repetidores necesarios para garantizar la potencia de la transmisión de la señal.

Una tormenta solar que interrumpiera varios de estos cables en todo el mundo podría causar una pérdida masiva de conectividad al aislar a los países en la fuente de origen, incluso dejando intacta la infraestructura local.

En términos sencillos sería como cortar el flujo de agua a un edificio de apartamentos debido a una rotura de la tubería madre, que, aunque en los departamentos la red local funcione normalmente, si el tubo madre falla, todo el suministro se interrumpe.

“Lo que realmente me hizo pensar en esto, es que con la pandemia vimos lo poco preparado que estaba el mundo. No había un protocolo para lidiar con eso de manera efectiva y es lo mismo con la resiliencia de Internet. Nuestra infraestructura no está preparada para un evento solar a gran escala. Tenemos un conocimiento muy limitado de cuál sería el alcance del daño” Abdu Jyothi[2].

Sin suficientes datos y antecedentes para analizar

En 1989 se registró una tormenta solar moderada en Canadá, que dejó inoperativa la red de Hydro-Québec y provocó un apagón de nueve horas en el noreste de Canadá, este quizás sea el hecho histórico más relevante que los científicos tienen para analizar el impacto de una tormenta, sin embargo, para ese momento histórico Internet se encontraba en sus albores y por consiguiente no hubo afectación sobre redes de datos en esta latitud[3].

En el caso de las tormentas solares severas, lo que sabemos de ellas hasta ahora es que son muy escasa, sin embargo, ocurren y existe evidencia histórica.

En los registros consultados por los investigadores californianos, se evidenció que en 1859 y 1921, las perturbaciones geomagnéticas interrumpieron la incipiente infraestructura eléctrica y las líneas de comunicación como los cables de telégrafo.

De igual forma las agujas de la brújula se desorientaron y agitaron de forma atípica, y tal vez el hecho anecdótico más interesante, fue que la aurora boreal, se hizo visible a la altura del ecuador colombiano.

Aunque no ocurren con frecuencia, las eyecciones de masa coronal son una amenaza potencial real para la resistencia de Internet, dice Abdu Jyothi.

Los cables submarinos los más frágiles

La principal razón por la que los cables submarinos son los más susceptibles potencialmente de una falla, radica en que están equipados con repetidores ópticos que amplifican la señal en intervalos de aproximadamente 50 a 150 kilómetros.

“Si bien el cable de fibra óptica no es directamente vulnerable a la interrupción por corrientes inducidas geomagnéticamente, los componentes internos electrónicos de los repetidores sí lo son, y suficientes fallas de repetidores inutilizarán un cable submarino por completo” [4].

El Fallo de los satélites

Pero no solo los cables submarinos sufrirían, pues una gran tormenta solar también podría destruir de manera potencial, cualquier equipo que orbite la Tierra, incluyendo los satélites que prestan servicios como Internet satelital o la red de satélites de posicionamiento global.

En Conclusión, aunque parezca un tema salido de la ciencia ficción, o una teoría conspiracional, la posibilidad de que una tormenta solar ocurra en el futuro, no solo es plausible, sino que estadísticamente podría suceder en los próximos años o décadas, siendo una amenaza latente para los servicios de provisión de Internet, que por cuenta del equipamiento empleado para la amplificación de la fibra óptica submarina o los satélites en órbita, podrían afectar el funcionamiento de estos aparatos y dejarnos incomunicados por largo periodos de tiempo, un tema sobre el cual no existen los suficientes protocolos de respuesta y que la humanidad no está preparada para afrontar.

[1] Artículo Académico: «A new theory of magnetic storms» («Una nueva teoría de tormentas magnéticas») Sydney Chapman y Vincenzo C. A. Ferraro.

[2] Resumen sobre la conferencia académica publicado por el Blog Especializado: ARStechnica

[3] Resumen sobre la conferencia académica publicado por el Blog Especializado: ARStechnica

[4] Resumen sobre la conferencia académica publicado por el Blog Especializado: ARStechnica

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