Aunque hay países en los que muchos de sus habitantes se preguntan que es esa cosa llamada Internet, existen miles de fábricas produciendo tecnología para “El Internet de las Cosas”, mientras científicos alrededor del mundo intentan consolidar un nuevo concepto: “El Internet de Todo”.
“El Internet de las Cosas”, un concepto del que cada vez se apropian más personas, medios de comunicación, y organizaciones a nivel mundial, pues denota una nueva realidad inevitable en la web. Si bien el término es muy reciente la realidad evidencia que está siendo desbordado por un concepto mucho más novedoso, holístico e integral, que podría marcar la ruta futura que deberá tomar Internet en los próximos años, se trata del “Internet de Todo.”
¿Qué es el Internet de Todo y en qué se diferencia del Internet de las Cosas?
Cuando se habla del Internet de las cosas, comúnmente algunos autores tienden a remitirse a un texto presentando por Cisco Internet Business Solutions Group (IBSG) en el año 2009, en el que se pronosticó que existiría un momento en la historia del Internet en el que habría más cosas que seres humanos conectados a la red. Para ser rigurosos y justos, es necesario trasladarse al año de 1999, cuando el genio del Software: William Nelson Joy, mejor conocido como Bill Joy, como parte de lo que denominó estructura de las “Seis Webs”, presentó una proyección estimativa y ajustada del “Internet de las cosas”, en el marco del Foro Económico Mundial de Davos, en Suiza.
El británico Kevin Ashton, destacado investigador del MIT, aproximadamente una década después, impartió una famosa conferencia para la multinacional Procter & Gamble, en donde presentó de forma estructurada el concepto de Internet de las cosas, bajo el nombre original en inglés: “That ‘Internet of Things’ Thing”.
Tanto para Ashton como para Cisco, “El Internet de las cosas” no es más que la capacidad para que dispositivos electrónicos, de uso cotidiano y diferente índole, puedan estar conectados a Internet en beneficio de uno o varios usuarios, sin que se requiera para dicha conexión de la intervención humana regular y/o permanente.
El profesor e investigador Ahmed Banafa, presentó en el portal BBVA Opend Mind, en el año 2016, una definición sobre el Internet de las cosas, que resulta muy precisa y pertinente:
“Internet de las Cosas (IC) es la red de objetos físicos a los que se tiene acceso a través de Internet. Estos objetos contienen tecnología incrustada que permite interactuar con estados internos o el entorno exterior. En otras palabras, cuando los objetos son capaces de detectar y comunicarse, cambia la manera y el lugar en que se toman decisiones, y quién las toma. Por ejemplo, los termostatos inteligentes.” Ahmed Banafa
Un ejemplo ideal para entender dicho concepto es todo el equipamiento utilizado frecuentemente en la domótica: Neveras, lavadoras, secadoras, aspiradoras, cámaras de seguridad y en general todos aquellos dispositivos que se conectan a Internet para simplificar los procesos domésticos, facilitando la vida a las personas, mediante la automatización de gran parte de sus funciones, mientras todo ocurre en línea y en la nube.
Otro ejemplo, son los automóviles que utilizan la conexión a Internet para proporcionar información del tráfico, anunciar averías mecánicas y seleccionar la mejor ruta posible para el conductor.
De acuerdo a los pronósticos de muchos expertos de varios países, entre ellos Ashton, dentro de muy pocos años la mayoría de los equipos, máquinas y aparatos que utilizamos, estarán conectados a Internet y realizarán de forma automatizada sus funciones en línea y en la nube.
El origen del Internet de Todo
Desde una perspectiva de desarrollo e investigación, buscando optimizar recursos y aumentar el impacto del Internet de las cosas en la vida cotidiana de las personas, un sector de la industria de dispositivos de acceso a internet, emprendió desde hace algunos años una iniciativa que busca integrar sistemas, dispositivos, personas, procesos, datos, proyectos y experiencias, impulsando conexiones de red más relevantes y eficientes, convirtiendo la información en acciones que creen nuevas capacidades, experiencias y oportunidades económicas, un modelo que decidió denominar: El Internet de Todo.
Internet de Todo “consiste en reunir personas, procesos, datos y cosas para conseguir que las conexiones de red sean más pertinentes y valiosas que nunca, convirtiendo la información en acciones que creen nuevas capacidades, experiencias más ricas y oportunidades económicas sin precedentes para las empresas, las personas y los países”, (Cisco, 2013).
Pero si bien la iniciativa y su consiguiente definición partió de una visión de industria, con el paso de los años (2015 – 2018) el concepto se ha viralizado alrededor del mundo y pareciera estar emergiendo como una nueva visión del internet, en donde los esfuerzos ya no se concentran en entender individualmente la función de cada dispositivo que se conecta, sino más bien estudiar los mecanismos y entender el impacto de las posibles conexiones que surgen con los millones de dispositivos y personas en línea alrededor del mundo. En otras palabras, es dejar de observar individualmente cada árbol para concentrarse en el bosque.
Los cuatro grandes pilares del Internet de Todo:
Aunque el concepto es aún muy incipiente y nació en los entornos del desarrollo industrial, hoy en día parecieran existir consensos entre académicos, industria y desarrolladores en que el Internet de Todo se basa fundamentalmente en los cuatro grandes pilares:
- Personas: conectar personas de maneras más pertinentes y valiosas.
- Datos: convertir datos en inteligencia para tomar decisiones mejores.
- Procesos: entregar la información correcta a la persona (o máquina) apropiada en el momento oportuno.
- Cosas: dispositivos físicos y objetos conectados a Internet y entre sí para lograr una toma de decisiones inteligente; (Internet de las cosas)
La paradoja del Internet de las Cosas y el Internet de Todo
En la medida en que el concepto del Internet de Todo ha partido del cuarto pilar, es decir el Internet de las cosas, surge una gran paradoja y es el relacionamiento y complementariedad de ambos conceptos, algo que el mismo Dave Evans consultor de Cisco, definió de la siguiente manera:
“Con cuatro pilares -personas, procesos, datos y cosas-, Internet de Todo (IT) está basado en Internet de las Cosas (IC), que a su vez está basado en un solo pilar: las cosas. Asimismo, el Internet de Todo aumenta la potencia de Internet al mejorar los resultados de las empresas y de la industria, y en última instancia, mejora la vida de las personas al contribuir al avance de Internet de las Cosas. (Dave Evans, Futurólogo Jefe de Cisco Consulting Services).”
El reto del futuro:
El Internet de Todo sin duda se erige como la mejor estrategia global para planear, gestionar, articular, comercializar y potenciar al uso de internet, por lo que todos los agentes que componen la cadena de valor, deben vincularse y ser parte de esta estrategia, especialmente las Telco, cableoperadores y por supuesto todos los ISP, pues será una gran oportunidad para lograr una mayor eficiencia, no solo en el aprovisionamiento, sino en los modelos de negocios, que podrían abrir nuevas ventanas que alivien la fuerte presión que ejerce la alta demanda de mejores y mayores conexiones.
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En conclusión, el Internet de Todo es la gran oportunidad para construir y gestionar un internet mucho más universal, versátil, inteligente, seguro y eficiente, en donde las cosas y las personas interactúen de manera fluida y responsable, buscando alcanzar una mejor calidad de vida mientras nuevos modelos de negocios irán emergiendo en un bosque poblado de oportunidades. El Internet de Todo es una revolución en la manera de entender la red, que impactará en las urbes (Smartcity), en la industria, en la academia, en las organizaciones, pero sobre todo en el sector de las telecomunicaciones, que tendrá por fin una ruta clara y coherente que le permitirá seguir creciendo de forma ordenada, sostenible y rentable.