Un nuevo capítulo del amplio y complejo debate sobre la neutralidad de la red se abrió la semana pasada con el anuncio de que un informe de la Dirección General de la Competencia, dependencia de la Comisión Europea, consideró que las prácticas de tasa cero (zero-rating) no amenazan dicha neutralidad.
Esta práctica se da cuando un operador de telefonía celular o de Internet ofrece en sus planes ciertos servicios conectados gratis. Es decir, ciertos datos no son contabilizados en el total del paquete contratado por el usuario, o no acumulan cargos por uso excedente.
Desde muchos sectores, la práctica se ha considerado contraria a la neutralidad de la red, dado que beneficia a ciertos actores con la manipulación del acceso a Internet. El principio de neutralidad de la red exige que, dado el carácter primordial de internet y su invención y crecimiento con bases públicas, todo actor tiene derecho a la misma velocidad y ancho de banda.
La Comisión Europea ha analizado esta vez el asunto desde la óptica de los beneficios que puede traer para la competencia, y se alejó así de la visión desde la neutralidad de red. Como informó el observatorio de regulación Observacom, el organismo consideró que para que dichas prácticas sean consideradas discriminatorias habría que verificar “que existen acuerdos entre proveedores de acceso y de contenidos que impidiera a los competidores replicar la oferta”.
Dado que estos acuerdos no se encontraron en los casos estudiados, la entidad europea consideró que no había motivo para considerar la práctica como una amenaza a la libre competencia, aunque en su informe se afirma que se seguirá de cerca la evolución del tema.
Corynne Mcsherry, Jeremy Malcolm y Kit Walsh, del portal Electronic Frontier Foundation —EFF—, consideran nociva la práctica por varios motivos. Primero, los planes de tasa cero “encausa a los usuarios de Internet hacia los contenidos y servicios que estén bajo ese esquema, a expensas de alternativas”. Segundo, “puede haber una ventaja injusta con el operador de red cuando la tasa cero de sus propios contenidos”, lo que además desincentiva al usuario a explorar otros servicios.
Sin embargo, los mismos autores reconocen que hay beneficios a corto plazo en estos esquemas, espacialmente para usuario de bajos ingresos, más que todo en países en desarrollo, que en otras situaciones no tendrían acceso a los servicios.
El mismo argumento fue esgrimido en febrero por la FCC en Estados Unidos, que consideró que la práctica no solo no afecta la competencia, sino que además beneficia a los estadounidenses de más bajos ingresos, que son los mayores usuarios de estos esquemas.
Sobre este punto, los autores del portal EFF indican que los beneficios son solo una solución transitoria a la falta de cobertura de datos para gran parte de la población del mundo, pues solo accederán a ciertos servicios (especialmente medios sociales y mensajería instantánea). Con el tiempo, estas poblaciones serán usuarios primordiales de Whatsapp y Facebook, pero quedarán por fuera de los enormes beneficios en información y conexión que Internet provee a quienes pueden pagar planes más costosos.
“Si determinados servicios de tasa cero serán aceptados por completo, deberían ser de forma provisional, dirigido a resolver los graves problemas de acceso, sin poner en peligro la competencia, la elección del usuario, la innovación, la libre expresión, o la privacidad y la seguridad del usuario”, afirman los analistas de EFF.
Para ellos, la más grande amenaza es precisamente que se cambien las reglas sobre las que se construyó el Internet, y que hasta ahora, bajo el principio de neutralidad de la red, buscan garantizar la mayor justicia posible en el acceso a Internet para todos los actores en las mismas condiciones.
En el caso latinoamericano, los esquemas de tasa cero se han convertido en recurrentes prácticas comerciales. Operadores como Milicom, propietario de TIGO, firmaron un acuerdo hace algunos años con Facebook para ofrecer una versión lite de este medio social, disponible de manera gratuita para sus usuarios. América Movil (Claro) Telefónica (Movistar) y Telecom (Personal), ofrecen WhatsApp gratuito para sus clientes de datos móviles, así como otras apps, dependiendo las condiciones del mercado y sus redes en cada país.
Mientras, otras empresas más pequeñas, como Avantel, en busca de colonizar mercado, se han atrevido a planes más agresivos, como permitir el acceso gratuito a plataformas robustas como Waze o Yotube.
Este sin duda es solo un episodio más de una larga historia con desenlace incierto. Si bien es claro que la estrategia de tasa cero es una buena alternativa para disminuir la brecha digital y mejorar las condiciones de acceso, este tipo de prácticas rompe con la neutralidad de la red, alterando el equilibrio esencial de no interferencia y no discriminación de servicios que han permitido que Internet se consolide como una red global de acceso universal, plural, democrática y diversa.
Por:
Gabriel E. Levy B.
Sergio Andrés Urquijo