En un golpe histórico contra los titanes tecnológicos, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia del Reino de España: (CNMC), ha impuesto a Apple y Amazon una sanción conjunta de 194.1 millones de euros.
Las empresas son acusadas de realizar acuerdos restrictivos que socavaron la competencia en el comercio electrónico de España, levantando una tormenta de controversia en el dinámico mercado de la venta online.
¿Por qué el regulador español decidió aplicar esta histórica multa?
Por: Gabriel E. Levy B.
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) es la entidad reguladora independiente que supervisa y controla los mercados en España. Establecida en 2013, su misión es garantizar la transparencia y equidad en diversas industrias, abarcando desde las telecomunicaciones hasta el sector energético. Con su enfoque en promover la competencia, la CNMC trabaja para proteger los derechos de los consumidores y evitar prácticas comerciales anticompetitivas.
La sanción que sorprendió a todos
Desde su creación no ha estado ajena a medidas polémicas, pero sin duda a mayor de todas ocurrió recientemente por cuenta de una multa muy elevada.
La CNMC ha decidido imponer una sanción conjunta de 194.1 millones de euros a las empresas Apple y Amazon, alegando que los gigantes de tecnología realizaron acuerdos que restringían la competencia en el mercado de comercio electrónico en España.
Los argumentos de la CNMC
Según el comunicado oficial, la CNMC ha establecido la distribución de la sanción monetaria de la siguiente manera: Apple, el fabricante del iPhone, se ve obligado a pagar 143.640.000 euros, mientras que Amazon, la empresa fundada por Jeff Bezos y actualmente dirigida por Andy Jassy, debe pagar 50.510.000 euros.
El conflicto se origina en 2018, cuando Apple y Amazon firmaron dos contratos que facilitaron que Amazon se convirtiera en distribuidor oficial de los productos de Apple. La CNMC sostiene que ciertas cláusulas de estos contratos violaron las leyes de competencia, específicamente los artículos 1 de la Ley de Defensa de la Competencia (LDC) y 101 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE), implementados en octubre de 2018.
Las infracciones incluyen una restricción en el número de vendedores de productos de Apple en la página web de Amazon en España, la cual se estableció a través de una cláusula de exclusión o “brand gating”, permitiendo únicamente a distribuidores autorizados por Apple vender productos de la marca. La CNMC subraya que más del 90% de los vendedores que utilizaban la página de Amazon en España, principal mercado en línea del país, quedaron excluidos por esta medida.
Además, se establecieron medidas que limitaban la venta de productos de Apple en Amazon España a vendedores de otros países de la Unión Europea, lo que se tradujo en un aumento en los precios pagados por los consumidores.
Las empresas también implementaron medidas que restringían la capacidad de las marcas competidoras para adquirir espacios publicitarios en Amazon España, especialmente en relación con los productos de Apple. En los contratos se garantizó el control estricto de Apple sobre el ámbito publicitario, impidiendo campañas de marketing y publicidad dirigidas a clientes que hubieran adquirido sus productos en Amazon España sin el consentimiento de Apple.
El informe de la CNMC incluye capturas de pantalla para demostrar estas prácticas infractoras. En respuesta a la sanción, tanto Apple como Amazon han anunciado su intención de apelar la decisión ante la Audiencia Nacional española, defendiendo los contratos analizados por la CNMC. Las declaraciones de ambas empresas aún están pendientes.
Larga trayectoria de sanciones en Europa
Los gigantes tecnológicos han enfrentado un creciente escrutinio y numerosas sanciones en Europa a lo largo de los años. En 2018, la Comisión Europea (CE) impuso una multa récord de 4.340 millones de euros a Google por prácticas anticompetitivas relacionadas con su sistema operativo Android. La CE sostuvo que Google había utilizado Android para consolidar ilegalmente su dominio en el mercado de las búsquedas en línea.
Además, en 2020, la misma entidad impuso a Amazon una multa de 250 millones de euros por lo que consideró una ventaja fiscal indebida en Luxemburgo, una decisión que Amazon ha apelado. Paralelamente, la empresa también enfrenta una investigación por supuestas prácticas anticompetitivas en su mercado de comercio electrónico.
Apple, por su parte, fue multada con 13.000 millones de euros en 2016 por acuerdos fiscales ilegales con Irlanda. La compañía también ha enfrentado sanciones en Francia y en Italia por ralentizar intencionalmente los iPhones más antiguos y por no informar a los consumidores sobre las actualizaciones del software del iPhone que afectaban negativamente a su rendimiento.
Estas acciones demuestran el compromiso de las autoridades europeas de mantener un campo de juego equitativo en el mundo digital y proteger los intereses de los consumidores.
En Conclusión, La acción tomada por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) contra Apple y Amazon representa un paso significativo en la creciente batalla por el equilibrio en el ecosistema digital. La sanción multimillonaria impuesta es un claro recordatorio de que las autoridades regulatorias están comprometidas a proteger la competencia justa y a garantizar que los gigantes tecnológicos no exploten su posición dominante para sofocar a los competidores o manipular los mercados.
Las prácticas comerciales de Apple y Amazon cuestionadas aquí no sólo restringieron la libre competencia, sino que también podrían haber perjudicado a los consumidores, limitando sus opciones y potencialmente inflando los precios. Este caso pone en evidencia la importancia de una regulación efectiva y el papel crítico que desempeñan las autoridades en la supervisión de las actividades de las empresas en el ámbito digital. Mientras tanto, tanto Apple como Amazon han anunciado su intención de apelar la decisión de la CNMC. Esta batalla legal en curso ilustra la complejidad de las cuestiones de competencia en el entorno digital actual, y es probable que desencadene un debate aún más amplio sobre cómo regular de manera efectiva a los gigantes tecnológicos en el futuro.
