En el marco de la celebración del Día Mundial de la Libertad de Prensa, la directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, aseguró que la desinformación y las noticias falsas ponen en riesgo la democracia, por lo tanto “hay que exigirles a las grandes plataformas digitales mayor transparencia”.
El pronunciamiento de la directora de la UNESCO se suma a la postura de muchos expertos y autoridades alrededor del mundo, que promueven una mayor regulación y transparencia para las plataformas digitales.
¿Cómo se puede lograr una mayor transparencia de las plataformas digitales?
Por: Gabriel E. Levy B.
www.galevy.com
En los últimos años se ha consolidado una creciente preocupación por parte de los Gobiernos y la sociedad civil respecto del desmedido poder e influencia de las plataformas digitales que, en algunos casos, han demostrado no ser responsables con el uso de los datos que operan.
Una de las organizaciones que más ha trabajado el tema en Latinoamérica es “El Observatorio Latinoamericano de Regulación”, que ha evidenciado los riesgos que subyacen a las plataformas digitales[1].
Los Antecedentes
Un informe publicado por The Wall Street Journal, titulado “Facebook Executives Shut Down Efforts to Make the Site Less Divisive”[2], denunció que el medio social californiano, posee pruebas contundentes de que sus algoritmos polarizan y enfrentan a los usuarios, “explotando la atracción del cerebro humano hacia la confrontación”, sin embargo los directivos de la compañía descartaron soluciones al considerar que la polarización aumenta notablemente el uso del medio social[3]. Tema que analizamos ampliamente en el pasado artículo: “Facebook y la polarización global”[4]
La polémica también se ha traslado a otras plataformas como Twitter, que luego de los disturbios acontecidos en el capitolio en los Estados Unidos, decidió Bloquear (Junto con otras plataformas) la cuenta de Donald Trump impidiendo que pudiera seguir comunicando a través de este medio.
Durante los primeros días de mayo de 2022, Twitch sirvió como plataforma para que un genocida supremacista blanco en los Estados Unidos transmitiera en vivo y en directo una masacre dirigida principalmente a población afroamericana, un fenómeno que ya había ocurrido anteriormente en Australia[5].
Los anteriores casos no son más que pequeños eslabones de una larga cadena de abusos atribuibles a los medios sociales a lo largo de la última década, incluyendo por supuesto el sonado caso de Cambridge Analityc.
Los primeros pasos de la CMA del Reino Unido
La CMA es el regulador británico de la competencia, quien históricamente mantuvo una posición tímida respecto de la regulación de plataformas.
No obstante, hace algunos meses, tal como lo analizamos en un artículo anterior, una investigación contratada por este organismo regulador, encontró que las plataformas financiadas por publicidad digital, si bien proporcionan servicios muy valiosos como la búsqueda información en un instante o conectarse con familiares y amigos alrededor del mundo, se hace necesario una intervención urgente de este mercado desde la perspectiva regulatoria y de competencia[6].
El informe reconoce a Google y Facebook como las plataformas más grandes de este tipo y asegura que crecieron ofreciendo mejores productos que sus rivales, lo cual es plenamente legítimo, no obstante, advierte que, en 2019, solamente entre ellas dos, se repartieron el 80% de los 14.000 millones de libras invertidos en publicidad digital en Reino Unido[7].
El informe asegura que, protegidos por ventajas de titularidad tan fuertes como la neutralidad de red, las economías de escala y el acceso privilegiado a los datos de los usuarios, los rivales potenciales ya no pueden competir en igualdad de condiciones, lo que afecta gravemente el equilibro del mercado y perjudica los intereses de los consumidores.
“La débil competencia en búsqueda y redes sociales conduce a Reducción de la innovación y la elección, y que los consumidores entreguen más datos de los que gustaría. La débil competencia en publicidad digital aumenta los precios de los bienes y servicios en toda la economía y socava la capacidad de los periódicos y otros medios para producir contenido valioso, en detrimento de una sociedad más amplia.” Fragmento tomado del Informe[8].
En otra reveladora conclusión, el documento afirma:
“Las variables que hemos identificado en estos mercados son tan amplias y auto – reforzantes que nuestros poderes existentes no son suficientes para abordarlas. Necesitamos un nuevo enfoque regulatorio, uno que puede abordar una amplia variedad de preocupaciones simultáneamente, con poderes para actuar rápidamente en todas las fuentes del mercado.” Fragmento tomado del Informe[9].
Lo anterior es particularmente delicado, toda vez que la afirmación surge en el Reino Unido, uno de los países reconocidos por ir siempre a la vanguardia en asunto regulatorios, como cuando creó el primer regulador convergente de comunicaciones en el mundo, OFCOM.
La CMA es también un referente para el resto del globo, por lo cual, si desde sus informes se afirma que la situación actual del mercado digital supera sus capacidades de autorregulación, puede esperarse que el resto del mundo comience a replanteárselo.
La postura reciente de Unesco
En el marco del Día Mundial de la Libertad de Prensa 2022, que se celebró en Punta del Este (Uruguay), el Foro sobre Información y Democracia (Forum I&D), organizó el pasado 3 de mayo un evento titulado la “Contribución de las organizaciones civiles al avance de la transparencia de las plataformas digitales”.
En este encuentro se discutieron mecanismos para poder avanzar en la implementación de las recomendaciones realizadas por el Foro en términos de transparencia y regulación de plataformas.
La base de diálogo fue el informe “Cómo acabar con las infodemias”, publicado en noviembre de 2020 y actualizado en mayo de 2022. Este documento considera que es momento de imponer condiciones de transparencia a las plataformas digitales, para poder evaluar si estas respetan sus responsabilidades.
Durante este evento, La directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, se sumó a la voz de muchos reguladores y organizaciones de la sociedad civil alrededor del mundo, que están exigiendo una mayor regulación y controles de las plataformas digitales.
“Estas plataformas se han convertido en el lugar del debate público mientras les hemos dejado el poder de establecer las reglas y normas” Audrey Azoulay
La directora de UNESCO aseguró que Los algoritmos “gobiernan la distribución de la información”, y la falta de transparencia sobre ellos blinda a las grandes plataformas de asumir responsabilidades.
Dada la enorme influencia de estas corporaciones en el debate público, para la directora de UNESCO, es imprescindible evitar que sean las mismas plataformas las que establezcan las reglas que se les aplicarán.
“Es urgente que los gobiernos asuman este tema”, instó.
A modo de ejemplo, la alta funcionaria mencionó la multiplicación de los mensajes de incitación al odio hacia las mujeres periodistas. La Unesco, dice, ha estudiado 2,5 millones de tuits dirigidos contra mujeres periodistas y constató que hay acciones “extremadamente sistemáticas”.
Otra amenaza que se cierne sobre los medios de prensa es sobrevivir financieramente ante el auge de contenidos digitales disponibles.
“Hay un desafío económico porque existe una ilusión de gratuidad en lo digital. Pero en realidad, nada es gratis. La información tiene un costo de producción. Y además, el mundo digital no vive de lo gratuito, simplemente del comercio de datos del que la gente todavía es muy poco consciente”, Audrey Azoulay.
En Conclusión, Muchas organizaciones de la sociedad civil y gobiernos alrededor del mundo, parecen coincidir en que es momento de imponer condiciones de transparencia a las plataformas digitales, no solamente por los evidentes abusos demostrados y documentados, sino por el riesgo mismo que representan para la estabilidad de las democracias modernas.