Autoridad de la competencia británica prende las alarmas sobre el mercado digital

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La CMA (Autoridad de Competencia y de Mercados del Reino Unido), publicó recientemente un riguroso informe sobre los mercados de la plataformas digitales y la publicidad online[1], el cual, entre otros aspectos, concluye que en esta área de la economía “la competencia no está funcionando bien, lo que provoca daños sustanciales a consumidores y la sociedad.”

Si bien muchos estudios alrededor del mundo han evidenciado este fenómeno, lo llamativo en este caso es que sea justamente la Autoridad británica, una de las mayores defensoras del libre mercado, la que llegue a esta conclusión.

¿Qué cambios propone introducir el informe presentando por la autoridad británica?

Por: Gabriel E. Levy B. y Sergio A. Urquijo M. – www.galevy.com

 La Autoridad de Competencia y de Mercados del Reino Unido -CMA- es una entidad del orden gubernamental encargada de promover una sana competencia en beneficio de los consumidores, tanto dentro como fuera del Reino Unido. Tiene oficinas en las diferentes capitales británicas: Londres, Edimburgo, Belfast y Cardiff.[2]

Como muchos otros reguladores en el mundo, la CMA se ha visto enfrentada a presiones de bandos que exigen la mayor regulación a la actividad en internet, mientras otros piden la mínima intervencion estatal posible. Por muchos años, y en parte debido al origen abierto y supuestamente libertario de la Red, la segunda opción primó, incluso el documento presentado por la CMA[3] sostiene que las plataformas financiadas por publicidad digital proporcionan servicios muy valiosos, lo que permite a las personas encontrar información en un instante y conectarse con familiares y amigos alrededor del mundo, sin que esto genere costos monetarios para el consumidor.

El informe reconoce a Google y Facebook como las plataformas más grande de este tipo y asegura que crecieron ofreciendo mejores productos que sus rivales, lo cual es plenamente legítimo, no obstante, advierte que en 2019, solamente entre ellas dos, se repartieron el 80% de los 14.000 millones de libras invertidos en publicidad digital en Reino Unido.

El informe asegura que, protegidos por ventajas de titularidad tan fuertes como la neutralidad de red, las economías de escala y el acceso privilegiado a los datos de los usuarios, los rivales potenciales ya no pueden competir en igualdad de condiciones, lo que afecta gravemente el equilibro del mercado y perjudica los intereses de los consumidores.

“La débil competencia en búsqueda y redes sociales conduce a Reducción de la innovación y la elección, y que los consumidores entreguen más datos de los que gustaría. La débil competencia en publicidad digital aumenta los precios de los bienes y servicios en toda la economía y socava la capacidad de los periódicos y otros medios para producir contenido valioso, en detrimento de una sociedad más amplia.” Fragmento tomado del Informe.

En otra reveladora conclusión, el documento afirma:

“Las variables que hemos identificado en estos mercados son tan amplias y auto – reforzantes que nuestros poderes existentes no son suficientes para abordarlas. Necesitamos un nuevo enfoque regulatorio, uno que puede abordar una amplia variedad de preocupaciones simultáneamente, con poderes para actuar rápidamente en todas las fuentes del mercado.” Fragmento tomado del Informe.

Lo anterior es particularmente delicado, toda vez que la afirmación surge en el Reino Unido, uno de los países reconocidos por ir siempre a la vanguardia en asunto regulatorios, como cuando creó el primer regulador convergente de comunciaciones en el mundo, OFCOM. La CMA es también un referente para el resto del globo, por lo cual, si desde sus informes se afirma que la situación actual del mercado digital supera sus capacidades de autorregulación, puede esperarse que el resto del mundo comience a replanteárselo.

Lo que propone en informe británico

Tal vez la propuesta más osada y posiblemente inesperada del informe es la de crear un órgano regulador ex ante -análisis de las situaciones antes de que ocurran- que realice intervenciones en el mercado de la publicidad digital en el Reino Unido, ya que se afirma con contundencia, que el esquema vigente de regulación e intervención sancionatoria ex post -que regula sobre acciones ya ocurridas- “es ineficaz”.

“Por lo tanto, recomendamos que el gobierno establezca un régimen regulatorio de competencia para plataformas en línea. Una Unidad de Mercados Digitales (DMU) que estaría facultada para aplicar un código de conducta para gobernar el comportamiento de las plataformas con poder de mercado, asegurando que las preocupaciones puedan ser tratadas rápidamente, antes de que un daño irrevocable a la competencia puede ocurrir. La DMU también debe tener alcance para abordar las fuentes de poder de mercado y aumentar la promoción de la competencia” Fragmento tomado del Informe.

Esta no es la primera vez que se plantea la necesidad de que se incorporen nuevas formas de regulación ex ante, en contraposición a la fuerte tradición occidental y neoliberal de regulación ex post. De hecho, en febrero de este año publicamos un artículo denominado ¿La nueva etapa de la Inteligencia Artificial deberá incluir una regulación ex-ante?[4], en el que reflexionamos acerca de los riesgos que puede traer para la humanidad una regulación ex post en los temas de algoritmos e inteligencia artificial; mencionábamos incluso como la Oficina del Comisionado de Privacidad de Canadá – OPC – está consultando con diversos agentes sectoriales y con la ciudadanía en general cómo deberían aplicarse los principios de privacidad a la inteligencia artificial (IA), promoviendo un tipo de modelo regulatorio que, muy conforme a las capacidades de estas tecnologías, prevea y modele las posibles consecuencias de cada decisión para así establecer acciones de protección al mercado y a los usuarios[5].

Si bien en dichos terrenos específicos, como el de Big Data, la IA y los algoritmos, se ha propuesto la incorporación de modelos regulatorios ex ante, es la primera vez que una autoridad gubernamental de una potencia económica democrática, capitalista y de tradición neoliberal – y, como mencionamos, referente global en temas regulatorios – propone una solución tan intervencionista del mercado. Años atrás esto habría sido considerado una especie de “herejía” para los ortodoxos de la doctrina regulatoria, pero dadas las actuales circunstancias del mercado y el enorme poder y crecimiento de las grandes plataformas tecnológicas, que tienen al borde del colapso a los medios tradicionales de comunicación – uno de los pilares de la democracia moderna –  y que procesan de manera poco transparente los datos de los usuarios, vulnerando su privacidad, la propuesta no solo resulta lógica y coherente, sino probablemente necesaria.

El informe sugiere que, bajo el nuevo régimen regulatorio, se intervenga el mercado reduciendo el poder de Google y Facebook con acciones radicales y específicas, como ordenar a Google que abra datos a motores de búsqueda rivales y, en el caso de Facebook, que aumente su interoperabilidad con plataformas de redes sociales competidoras y ofrezca a los consumidores una opción sobre publicidad personalizada.

Para el académico argentino Martín Becerra, docente e investigador de la Universidad de Quilmes,

“Si bien el modelo económico integral de las plataformas estuvo hasta hoy basado en una lógica poco flexible de configuración, seguro que la flexibilización es una opción que han ensayado y que pueden habilitar sin entrar en crisis.”[6]

“La idea es tan ambiciosa como compleja y sí golpea en una de las líneas de flotación de las grandes plataformas que, justamente debido a la complejidad del asunto, podrían negociar condiciones para sostener su core o parte del core. Martín Becerra” [7]

El informe también sugiere que la organización de los datos reunidos por las plataformas dominantes debería hacerse en bloques o estructuras distintas, lo que en el caso de Facebook obligaría a que la compañía estructure de forma separada los datos de usuarios y los movimientos en sus distintos servicios y aplicaciones (Facebook, Instagram, WhatsApp).

Al respecto, en su análisis Becerra recuerda que “este era un compromiso de Facebook cuando compró WhatsApp y una condición para aprobar esa concentración que pusieron varios países europeos… y que Facebook incumplió. Recrear un escenario más competitivo demandaría desempolvar y concretar esos compromisos” [8]

La Autorregulación no está funcionando en Internet

Los últimos años ha mostrado la creciente preocupación de Gobiernos y sociedad civil con el desmedido poder e influencia de plataformas que, en algunos casos, han demostrado no ser responsables con el uso de los datos que operan. El grave escándalo de Cambridge Analytica[9] comprobó lo poco fiable que es la propuesta autorreguladora por parte de compañías tan poderosas.

Mucho más grave aún, es el reciente informe publicado por The Wall Street Journal, titulado “Facebook Executives Shut Down Efforts to Make the Site Less Divisive”[10], el cual denuncia que este medio social tenía pruebas de que sus algoritmos polarizan y enfrentan a los usuarios, “explotando la atracción del cerebro humano hacia la confrontación”, sin embargo, los directivos de la compañía, descartaron soluciones al considerar que la polarización aumenta notablemente el uso del medio social[11]. Tema que analizamos ampliamente en el pasado artículo: “Facebook y la polarización global”[12]

En conclusión, aunque es prematuro evaluar alcance de la propuesta presentada en el informe de la CMA, se evidencia un notable cambio de postura ante lo que ellos mismos reconocen es una situación desbordada y que se salió de control, una alarma que, si bien es tardía para muchos medios de comunicación y plataformas digitales que han desaparecido por el constreñimiento del mercado, para muchas otras que aún logran sobrevivir, este podría ser un salvavidas, al tiempo que se crearían las condiciones para que emerjan nuevos competidores que ayuden a dinamiza nuevamente la competencia.

Si bien el informe británico es una primera aproximación y toca tener cuidado, pues el exceso de regulación también puede ser peligroso por las distorsiones que puede provoar, por ahora la propuesta de CMA evidencia un adecuado equilibrio entre las obligaciones del Estado y las necesidades del mercado, buscando promover que los nuevos actores tengan opciones reales de competencia y los medios de comunicación tradicionales puedan sobrevivir, promoviendo mecanismos que le permitan a los usuarios mayor diversidad y calidad de opciones, contenidos, información y servicios, al tiempo que busca proteger pilares básicos de la democracia moderna.

Habrá que estar muy atentos al desarrollo de este nuevo debate que abren los británicos y que muy seguramente el resto de Europa intentará incorporar en los próximos meses en las agendas regulatorias comunitarias, al tiempo que probablemente las autoridades de Canadá y Australia se enfilen en la misma ruta.

[1] Informe publicado por la Autoridad de la Competencia y los mercados del Reino Unido

[2] Website de la Autoridad de la Competencia y los mercados del Reino Unido

[3] Informe publicado por la Autoridad de la Competencia y los mercados del Reino Unido

[4] Artículo Andinalink – ¿La nueva etapa de la Inteligencia Artificial deberá incluir una regulación ex-ante?

[5] Consulta de la Oficina de la OPC de Canadá

[6] Análisis realizado por Martín Becerra al informe presentado por la Autoridad de la Competencia Británica

[7] Línea de Trinos publicados por el académico argentino: Martín Becerra

[8] Línea de Trinos publicados por el académico argentino: Martín Becerra

[9] Artículo BBC: 5 Claves para entender el escándalo de Cambridge Analityc

[10] Artículo The Wall Street Jornual: Facebook Executives Shut Down Efforts to Make the Site Less Divisive

[11] Artículo periodístico de Bussiness Insider sobre la polarización intencional de Facebook

[12] Artículo Andinalink: Facebok y la polarización Global

Descargo de Responsabilidades: Los artículos publicados corresponden a revisiones o análisis contextuales sobre transformación digital en la sociedad de la información, debidamente soportados en fuentes académicas y/o periodísticas confiables y verificadas.  Las publicaciones NO son artículos de opinión y por tanto la información que contienen no necesariamente representan la postura de Andinalink, ni la de sus autores o las entidades con las que se encuentren formalmente vinculados, respecto de los temas, personas, entidades u organizaciones mencionadas en el texto.

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