Discriminación y aumento en las brechas. La historia no contada de los CDN de Google, Facebook y Netflix

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Un CDN (Content Delivery Network o Red de Distribución de Contenido en español) es esencialmente un grupo de servidores ubicados geográficamente en los puntos de red de entrada de los operadores zonales de Internet, almacenando copias locales de ciertos contenidos (vídeos, imágenes, música, documentos, webs, etc.), aliviando el tráfico de interconexión de los proveedores de internet, disminuyendo costos y mejorando la calidad de conectividad de los usuarios[1].

Si bien los CDN han representado un alivio sin precedentes ante el aumento del tráfico y la congestión global de Internet, también se convirtieron un instrumento de discriminación y monopolización del mercado de la provisión de conectividad, perjudicando indirectamente a los pequeños proveedores y a los usuarios rurales, promoviendo colateralmente el aumento de la brecha digital.

 

¿Por qué los CDN aumentan la discriminación y la brecha digital?

Por: Gabriel E. Levy B.

www.galevy.com

Supongamos que usted está reproduciendo un video popular de Youtube que dura alrededor de 30 minutos y que fue subido por un usuario desde España. El contenido, aunque originalmente fue producido en Europa, lo más probable es que se aloje en los servidores de Google en alguno de los tantos centro de datos que esta compañía dispone en los Estados Unidos, no obstante, al reproducirse el video, usted lo estará accediendo a través de un servidor local de Google instalado en la sede local de su proveedor de acceso a Internet (ISP), el cual previamente descargó el video de otro servidor gestionado también por Google.

En términos simples, los CDN son equipos de cómputo que se encargan de almacenar localmente gran cantidades de datos, evitando el tráfico Internacional, representando un importante alivio para el flujo de datos de los proveedores de acceso a Internet.

Ya sea Google con todos su servicios, Facebook, Netflix o Amazon, entre muchos otros, la prestación de los servicios se componente básicamente de tres grandes eslabones: El cliente, El servidor Backend y la red de distribución de contenidos (CDN «content delivery network» en inglés).

Cuando nos referimos al cliente, en esencia se trata de un usuario que, a través de una interfaz disponible en cualquier dispositivo, se conecta a la red, ya sea a través de un navegador, una aplicación, un programa p2p o cualquier otro tipo de software que se despliega en un dispositivo tecnológico.

El servidor backend corresponde a la información que se encuentra alojada en la nube o AWS y se encarga de gestionar todas las solicitudes y peticiones recibidas de los usuarios, asignando los recursos y la activación del servicio, al igual que el acceso y la distribución del contenido en los diferentes CDN.

Finalmente se encuentra el eslabón que popularmente se denomina: Open Connect y que se refiere a la red de distribución de contenidos (CDN) a nivel global y personalizada por cada proveedor de contenidos en forma local. La Red Open Connect almacena todos los datos que el proveedor estime pertinente, en diferentes lugares del mundo a través de una compleja red de distribución[2].

En algunos casos la red de CDN utiliza peering, un tipo de conexión directa que permite el intercambio de tráfico o emparejamiento de información, sin utilizar el tráfico internacional de los ISP o proveedores de Internet.

La discriminación en la asignación de los CDN

La red global de CND, independientemente de a quien pertenezca o preste sus servicios, constituyen una solución tecnológica revolucionaria, que ha permitido aliviar el tráfico global de la red potenciando el aumento del ancho de banda en los usuarios, a través de lo que se conoce como un “cacheo” del tráfico, no obstante, aunque se trata de una solución de tipo tecnológica, también impacta en los social, cultura y comercial.

La decisión de instalar o no un CDN en los proveedores de Internet, no está normada, legislada o corresponde a una regulación, en al menos en la mayor parte de los países occidentales y por consiguiente se trata de un asunto de voluntades y lógicas de los mismos proveedores de contenidos, que, a criterio de Google, Amazon, China Caché, Facebook, Netflix o Akamai, instalan los CND en las sedes de los proveedores de Internet, a través de indicadores variables y no necesariamente transparentes.

El criterio que en general utilizan los proveedores de contenidos, corresponde a un mínimo de ancho de banda contratado por los ISP, que en promedio ronda los 5 gigas, una cifra elevada que en la mayoría de los casos deja por fuera a todos los pequeños y micro operadores de Internet, convirtiéndose en un privilegio exclusivo para los grandes proveedores de acceso.

En la medida en que solo los grandes operadores de Internet se benefician de los CDN, solo ellos tienen la oportunidad de proveer un internet mucho más rápido y con menor latencia en los servicios y contenidos más utilizados por los usuarios, desencadenando una significativa asimetría con todos los demás operadores, al tiempo que los grandes ISP reciben un alivió en su tráfico que se materializa en un tipo de subsidio a la tarifa, con el que no cuentan los pequeños ISP.

La sola instalación de un servidor de Google Caché (CDN de Google) reduce en 28% el tráfico internacional consumido por cualquier proveedor de Internet, según estadísticas del propio Google, valor que por supuesto se convierte en una reducción al costo del canal Internacional.

La sumatoria de los servidores de Google Caché, China Caché, Facebook Caché, Netflix, Akamai y Level3, además de uno propio del ISP, pueden llegar a ahorrarle un 57% en promedio del tráfico total a un ISP, según cifras de estimadas por los proveedores latinoamericanos[3].

Un beneficio para los operadores Urbanos que discrimina a los usuarios Rurales

En cuanto los grandes operadores de Internet operan principalmente en Zonas Urbanas y por razones de rentabilidad se distancian de las zonas rurales, en términos prácticos los usuarios de las principales ciudades de América Latina disfrutan de un internet mucho más veloz, estable y con baja latencia, que los de zonas urbanas, aumentándose notoriamente la brecha digital en nuestro continente, entre estos dos tipo de poblaciones, lo cual se suma al hecho, que en zonas rurales la tecnología más utilizada es la inalámbrica, la cual de por si aumentan los tiempos de latencia respecto de cualquier tecnología cableada.

En Conclusión…

Con el paso del tiempo los CDN dejaron de ser una simplemente solución tecnológica para convertirse en un factor diferencial preponderante en el suministro y provisión de los servicios de Internet y es justamente por esta razón que urge una regulación por parte de los estados y gobiernos, que garantice que este beneficio no solamente opere para los grandes proveedores de Internet, sino también para los más pequeños, especialmente para aquellos cuyo aporte es muy significativo en la disminución de la brecha digital, pues de lo contrario, los gobiernos estarían siendo cómplices del aumento de las brechas ante la falta de una regulación eficaz y responsable en esta materia.

Adicionalmente hace falta una mayor conciencia por parte de los grandes jugadores del mercado de las Telecomunicaciones, que deben bajar significativamente las condiciones mínimas para el acceso al servicio de CND por parte de los proveedores de Internet, de tal forma que los usuarios de las regiones más apartadas y remotas de América Latina, también puedan disfrutar de un internet de alta velocidad, cacheada y con baja latencia.

Foto: Science in HD en unsplash.com

 

[1] Artículo especializo del portal Xataca Móvil sobre lo CDN
[2] Artículo de Xataca sobre la compleja distribución de los CDN
[3] Artículo Andinalink: CDN oxígeno para las telco

 

Descargo de Responsabilidades: Este artículo corresponde a una revisión y análisis en el contexto de la transformación digital en la sociedad de la información, y está debidamente soportado en fuentes académicas y/o periodísticas confiables y verificadas.  Este NO es un artículo de opinión y por tanto la información que contienen no necesariamente representan la postura de Andinalink, o la de sus autores o las entidades con las que se encuentren formalmente vinculados, respecto de los temas, personas, entidades u organizaciones mencionadas en el texto

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