¿El mayor desafío de la conectividad es aprender a desconectarse?

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Un artículo del New York Times denominado “La hipocresía que prospera en la Escuela Waldorf en Silicon Valleyrevela un polémico descubrimiento del periodista Gal Beckerman: la tercera parte de las escuelas Waldorf de Estados Unidos están en California, y tres cuartas partes de sus alumnos son hijos de empleados de Google, Yahoo, Apple, eBay y HP, entre otras empresas de tecnología.

 

Teniendo en cuenta que la metodología pedagógica Waldorf tienen entre sus bases la menor dependencia posible de contenidos preestablecidos y que prefieren usar el mínimo posible de tecnologías digitales en el aula, es gracioso que los hijos de los gigantes tecnológicos estudien bajo un sistema que privilegia el juego, la empatía y la creatividad a la tecnología y las capacidades específicas que tanto les exige el sector a sus empleados de menor rango.

 

“Los hijos de los altos ejecutivos de las compañías de tecnología escriben con tiza en los tableros, tejen con lana, juegan con bolsas de frijoles y aprenden fracciones cortando manzanas”, al tiempo que no se les permite utilizar dispositivos digitales, señala el informe.

 

“¿Maestros y libros para los ricos, robots y pantallas para los pobres?”

 

Esta es la pregunta que se realizó la especialista Mercedes Mateos, líder de la división de educación del Banco Interamericano de Desarrollo ⎯BID⎯, a propósito del citado artículo del New York Times. En este se pone en evidencia como mientras la conectividad se ofrece en los países en vía de desarrollo, como la mejor solución para “disminuir las brechas” y “aumentar las competencias”, existe una marcada tendencia entre los más privilegiados de los países desarrollados por racionalizar el uso de la tecnología entre los adultos, promover la desconexión en ciertos espacios y restringir su acceso para la población infantil:

“América Latina y el Caribe está invirtiendo cada vez más en equipos tecnológicos y recursos digitales para cerrar la brecha de habilidades en el mercado laboral y la brecha de aprendizaje entre los estudiantes de ingresos altos y bajos. Al contrastar estos esfuerzos con la descripción del New York Times de cómo aprenden los más privilegiados, vale la pena preguntarse si la tecnología, después de todo, podría potencialmente aumentar la desigualdad en las habilidades y el aprendizaje”.

Mercedes Mateos

 

Una tendencia global

Visitar bibliotecas es una de las actividades familiares que más ha crecido en los últimos años en los países escandinavos, como Suecia, Noruega y Dinamarca. La promoción de la lectura en papel para los niños es una de las mayores prioridades en la agenda formativa de gobiernos y padres de familia; incluso existen bibliotecas estatales dedicadas especialmente a los más pequeños, como la innovadora Rüm for Barn de la Casa de la Cultura de Estocolmo, o la Casa de la Literatura en Oslo, o las cientos de bibliotecas danesa que además de poseer muchos libros y ser gratuitas, ofrece espacios de juegos, aprendizajes y experiencias vivenciales, entre otras muchas actividades durante todos los fines de semana.

 

Por su parte, en Francia se aprobó una ley de tolerancia cero a todos los dispositivos digitales en las escuelas: celulares, tabletas y relojes inteligentes, que no podrán ser utilizados en ningún espacio educativo por menores de 15 años. El país galo no es una excepción, pues muchas otras naciones europeas vienen discutiendo la regulación del uso de estos dispositivos en las escuelas, siendo una tendencia creciente de los países del primer mundo restringirlos por completo en estos espacios.

 

No es un asunto moralista, es de supervivencia

La tendencia de restringir el uso de dispositivos tecnológicos en los menores de edad no es accidental, es un tema de supervivencia que los directivos y desarrolladores de tecnología en Sillicon Valley identificaron desde hace mucho tiempo:

“En el mundo de la automatización, es una prioridad enseñar a los jóvenes lo que las máquinas no pueden hacer, porque los trabajos que requieren imaginación, creatividad y estrategia son más difíciles de computarizar”. Mercedes Mateos

 

En otras palabras, el uso indiscriminado y no guiado de dispositivos digitales no solo puede producir ansiedad y depresión en los niños, como lo han señalado la OMS y UNICEF, sino que limita el desarrollo de competencias asociadas a la imaginación, creatividad, pensamiento estratégico, solución de problemas sociales, entre otras competencias.

 

Pero sin duda uno de los mayores problemas que existe con el acceso de los dispositivos digitales en menores de edad es el uso que los mismos niños dan a estos dispositivos.

 

¿El uso y el abuso de los dispositivos tecnológicos?

Para Fernando Zapata, Ph.D. en Educación de la Universidad de Antioquia y magíster en Communication Arts & Studies de la Universidad de Ohio, se ha perdido de vista el propósito de uso de las tecnologías como herramientas de aprendizaje, pues la tendencia especialmente en América Latina es a “soltarle” los dispositivos a los menores sin un acompañamiento pedagógico adecuado por parte de los docentes y padres de familia.

“Dejar que un niño se conecte solo a Internet, es igual de peligroso que dejarlo solo en un parque” Fernando Zapata Duque

Las TIC deben ser entendidas como herramientas o medios y no como fines en sí mismos, reconociendo que en virtud de la convergencia propia en la que se han desarrollado, sirven por igual para conectar, jugar, estudiar o para realizar actividades delictivas o acceder a contenidos peligrosos. Es solo el criterio adecuado y racional de uso el que garantiza que un dispositivo conectado sirva para edificar y no para destruir.

“No se trata de renunciar al uso de las herramientas digitales, se trata es de usarlas adecuadamente, estimulando su uso como instrumentos didácticos y de aprendizaje.” Fernando Zapata Duque

 

La falta de estrategias de apropiación en Latinoamérica

Tal y como lo analizamos anteriormente en el artículo Las desarticuladas y anecdóticas políticas TIC, una exitosa estrategia de apropiación social no parte solamente de la tecnología, de conectar por conectar o del despliegue de redes; se requiere de una capacitación integral que debe comenzar por los docentes. Por ello es necesario que el Estado invierta mucho tiempo y recursos en garantizar que la planta de profesores y los padres de familia, especialmente en sectores rurales, estén capacitados para usar los equipos y posteriormente para enseñar a sus estudiantes e hijos.

 

Sin duda lo más importante es concientizar a los docentes en todos los niveles, urbanos y rurales, sobre el hecho de que las TIC son herramientas muy potentes siempre y cuando sean gestionadas de forma adecuada y con propósitos didácticos.

“De la misma forma en que la mediación de los padres y maestros fue muy relevante para el consumo de los medios tradicionales mediante el fomento de una televidencia crítica, debemos fomentar igualmente mediaciones para el uso racional de los dispositivos y las aplicaciones digitales” Fernando Zapata Duque

 

Pero no solo se trata del uso racional por parte de los menores, fomentar una apropiación responsable por parte de los adultos es también necesario en todos los niveles, pues en muchos casos la llegada de la tecnología no representa una progresión cognitiva, social o cultural, ya que, en la mayoría de los casos, el único uso que le dan es para comunicarse y consumir entretenimiento.

 

¿Para qué nos conectamos?

América Latina está plagada de proyectos fracasados e inconclusos de conectividad. Uno de los casos más visibles es el proyecto Vive Digital, una muy sonada estrategia implementada en Colombia hace menos de una década, que con inversiones multimillonarias sirvió para extender miles de kilómetros de fibra óptica hasta los lugares más apartados del territorio.

 

En su momento, el gobierno colombiano del presidente Juan Manuel Santos prometió que millones de ciudadanos en más de mil municipios tendría acceso a un Internet de alta velocidad; sin embargo la realidad evidenció que si bien la fibra óptica fue desplegada en su totalidad, menos de 300 municipios hacen un uso eficiente y racional de la misma; los puntos Vive Digital, espacios públicos en cada municipio donde había conectividad y equipos, han venido siendo desmantelados con el paso del tiempo y, al final, lo único que se logró es mejorar la conectividad en ciertas zonas del país, sin que eso se haya visto reflejado en mejoras reales en los indicadores de calidad de vida de los ciudadanos.

 

Un estudio realizado por la consultora Deloitte, entre usuarios de dispositivos móviles conectados a Internet, concluyó que la actividad que se realiza con mayor frecuencia en el teléfono es mirar videos cortos, seguida por consumo de videojuegos y uso de redes sociales. El mismo estudio evidenció que el 77% de las personas entrevistadas reconoce que usa “demasiado” los dispositivos móviles.

 

No cabe duda que, si bien estos hábitos de consumo no están necesariamente relacionados con lo digital sino con las características de cada sociedad, una educación que parta de la autonomía y la creatividad y deje la tecnología en segundo plano puede ayudar a que esta transición sea liberadora y no esclavizante. Y eso es lo que los padres de familia de los grandes tecnológicos parecen haber comprendido a la hora de elegir el modelo pedagógico para sus hijos.

 

En Conclusión, si bien es importante promover la conectividad y el uso de dispositivos, al igual que aplicaciones digitales, es necesario acompañarlo de procesos de apropiación, pues de lo contrario estaríamos simplemente cambiando de tecnologías sin que ello garantice mejoras educativas, sociales o culturales.

 

Estos procesos deben comenzar en la escuela, y lo antes posible, para dotar a los niños de la autonomía y el criterio necesario para que puedan luego administrar el uso de los dispositivos tecnológicos. Por el contrario, la expansión indiscriminada podría desencadenar disminuciones en los indicadores de calidad de vida. Y eso, como lo hemos enfatizado, es un asunto que debe prevenirse desde la primera educación.

  1. https://www.nytimes.com/2018/06/04/books/review/edward-tenner-the-efficiency-paradox.html
  2. https://blogs.iadb.org/educacion/en/technologyandeducation/
  3. https://blogs.iadb.org/educacion/en/technologyandeducation/
  4. https://www.elmundo.es/vida-sana/familia-y-co/2016/02/03/56a9f2de46163fcb748b4657.html
  5. https://www.unicef.org/peru/spanish/Estado_Mundial_de_la_Infancia_2017._Ninos_y_ninas_en_un_mundo_digital._Resumen_Ejecutivo_-_UNICEF.PDF
  6. https://www2.deloitte.com/content/dam/Deloitte/co/Documents/technology-media-telecommunications/Consumo%20movil%202018.pdf

Por:

Gabriel E. Levy B.

Sobre el autor

1 comentario en “¿El mayor desafío de la conectividad es aprender a desconectarse?”

  1. Pingback: Las competencias profesionales en la era digital | Proceso Digital

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