Cualquier aparato electrónico, ya sea una computadora o un teléfono móvil, necesita, sí o sí, contar con un sistema operativo. Es decir, con un programa que integre y ponga en funcionamiento todas las herramientas y los programas del dispositivo, que comunique el hardware (las partes tangibles) con el software (los programas) y que haga posible la interacción entre usuario y aparato: que permita que el dispositivo “le obedezca” a su dueño. Los sistemas operativos más famosos y expandidos globalmente son Windows y macOS, como sistemas propietarios, y Linux, como sistema open source, pero están lejos de ser los únicos o los mejores.
¿Qué tan eficientes son los tres SO más conocidos?
Por Gabriel E. Levy Bravo – María Cecilia Hernandez
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El mercado de los sistemas operativos (SO) está dominado por Windows, macOS y GNU/Linux, si se trata de computadoras de escritorio y portátiles, y por iOS y Android, si se trata de teléfonos inteligentes.
Nos los venden como si se fueran los SO perfectos para cualquier tipo de uso; sin embargo, es importante aclarar que la eficiencia de estos depende de varios factores, entre ellos, el procesador del equipo, el tamaño de la memoria, el número de procesos que está ejecutando en simultáneo y el uso específico que se le da al dispositivo.
Según el portal Grupo Computista[1], ningún SO ofrece el mejor rendimiento en absolutamente todos los aspectos; algunos son mejores en unos asuntos. Por ejemplo, refiere el portal, Windows tiene un mejor rendimiento con relación a su compatibilidad con otros programas y aplicaciones y, además, ofrece mejor usabilidad. Por su parte, Linux es más veloz, estable y consume menos recursos.
Este último sistema operativo (GNU/Linux) es de tipo open source, es decir, de código abierto, lo que supone que cualquier persona con cierto grado de conocimientos en programación puede ver el código de programación del sistema, modificarlo colaborativamente y distribuirlo. A diferencia de Windows y macOS, que son de dominio limitado, de pago y sin posibilidades de modificar por terceros, es resumen, son SO propietarios.
Pero que el SO sea de tipo open source o propietario no necesariamente habla de la eficiencia. Tal y como señala el medio referido, “el sistema operativo más eficiente es aquel que mejor se adapta a las necesidades del usuario. En general, los sistemas operativos más eficientes son aquellos que tienen un mayor número de aplicaciones y servicios optimizados para ellos. Por ejemplo, un sistema operativo móvil tendrá un mayor número de aplicaciones optimizadas para el tamaño de la pantalla y el uso de la batería”.
Sin embargo, las cifras parecen indicar que la percepción colectiva es que no existen más opciones que Windows.
El monopolio de Windows
Pese a que ya ha pasado más de una década de haber concluido el proceso de macro demanda que enfrentó Microsoft, propietaria de Windows, por parte de la Unión Europea y de Estados Unidos por presunto monopolio, hace apenas uno par de años se abrieron nuevos procesos y, en general, la compañía ya está acostumbrada a dar la cara en litigios propuestos por diversos competidores.
Y es que según la firma Statista[2], este SO sigue liderando el mercado, aunque en los últimos doce años ha visto descender sutil y progresivamente su cuota en el mercado de sistemas operativos. En 2010 el 92,99 % de computadoras en todo el mundo, tenía instalada alguna versión de Windows, y en 2022 esta cifra se deslizó hasta el 75,44 %.
En este ranking, actualmente el segundo lugar lo ocupa macOS X (de Apple), con el 15,17 %; el tercero es para Linux, con el 2,55 %, y el cuarto puesto es para “otros”, con el 6,84 %, una cifra nada despreciable para un “competidor sin nombre”. ¿Cuáles son esos ‘otros’? ¿Existen otras opciones?
Otras posibilidades que ganan terreno
Por supuesto que existe una gama variada de opciones de SO, tanto propietarios como open source, para computadoras y para teléfonos móviles.
Con relación a sistemas operativos libres para ordenadores, expertos en la materia[3] recomiendan los siguientes, además de Linux. Pero analiza estas opciones con cuidado, cada una funciona para cosas distintas, tienen sus limitaciones, aunque también su encanto propio:
OpenBSD: en general está dirigido a personas interesadas en temas de seguridad, cifrado de información y criptografía, y algunos expertos lo utilizan para ampliar funcionalidades de Windows en esos temas.
GhostBSD: ofrece varios entornos de escritorio y una gama interesante de aplicaciones y programas preinstalados para que solo sea encender y comenzar a trabajar. Es ideal para usos domésticos o, incluso, profesionales.
FreeBSD: es uno de los sistemas operativos abiertos más antiguos. Al igual que Windows, ha sido objeto de múltiples actualizaciones y mejoras. En la actualidad es posible encontrarlo preinstalado en algunos equipos y es especialista en prestar servicios de almacenamiento remoto.
ReactOS: es altamente compatible con diversidad de programas de Windows. No posee el código exacto de Microsoft, pero es considerado como el “Windows sin Microsoft”, de tal manera que es funcional para usuarios no expertos.
Haiku: se trata de un SO más sofisticado que ofrece herramientas optimizadas para trabajo multimedia con audio, video, gráficos y animaciones en 3D.
Syllable: es un SO muy liviano (solo ocupa 250 MB), pero también básico. Una de sus mayores cualidades es su eficiencia en equipos que tienen muy bajos recursos, desde 32 Mbytes de RAM.
MenuetOS: al igual que el anterior sistema, este ofrece buena eficiencia en equipos ultra básicos (de 32 Mbytes). El SO cabe en un disquete de 1,44 Mbytes, lo cual ya es mucho decir. Sin embargo, este sistema operativo trae un escritorio y controladores de teclado, video, audio, USB e impresora.
Chromium OS: este es el sistema operativo de Google y está diseñado con el objetivo de centrar todo nuestro trabajo en el navegador de internet, para lo que es necesario permanecer en línea.
Ubuntu: este es un SO basado en Linux. Es suficientemente robusto como para ser utilizado tanto de forma doméstica como en empresas y escuelas. Es capaz de ejecutar aplicaciones y programas conocidos, permite navegar y jugar, y tiene un alto énfasis en la protección y la seguridad de la información.
Solaris: este sistema operativo ofrece las funciones de seguridad más avanzadas en el contexto global y es especializado en el procesamiento de grandes cargas de trabajo y la gestión de múltiples bases de datos. Es un SO profesional que posibilita la interoperabilidad, el alto rendimiento y una estricta seguridad[4].
Existen muchos más SO de diversas tipologías. Recordemos que los sistemas operativos libres tienen enormes ventajas tanto para desarrolladores como para el usuario común. Entre ellas, permite que las personas “esculquen” en el código fuente del SO para ver su funcionamiento, modificarlo a necesidad y probarlo, además, para el uso común no impone actualizaciones, no espía a los usuarios, ofrece mayor seguridad contra posibles virus y tiene una filosofía antimonopolio y de trabajo colaborativo.
En conclusión, es innegable que Windows y macOS han acaparado la mayor parte del mercado de los sistemas operativos en el contexto global. No obstante, también es cierto que, aunque sea sutilmente, otros competidores vienen ganando terreno, sobre todo en el caso de los SO de tipo open source, muchos de los cuales son gratuitos o significativamente más económicos y muchísimo menos restrictivos, perfectos para una mayoría de usuarios que son cada vez más creadores de contenidos, promotores de la cultura del trabajo colaborativo, libres y nómadas.
