Criptomonedas: ¿Costosas divisas sin valor?

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Durante los últimos años las criptomonedas o criptodivisas se han consolidado como una alternativa al sistema bancario y financiero global. Esta forma de dinero, mediante una tecnología basada en el intercambio de datos criptográficos descentralizados y distribuidos, simula un tipo de moneda digital que permite el intercambio de bienes y servicios por Internet, en virtud del valor o apreciación fluctuante que determine el mercado digital.

Cifras conservadoras estiman que las criptomonedas transadas globalmente a diario alcanzan un valor que ronda los 700 millones de dólares, mientras fuentes más audaces sugieren que está alcanzando los mil millones diarios. Esto, aunque representan menos del 3% del valor de transacciones del sistema financiero tradicional, marca una clara tendencia de crecimiento de este tipo de divisa que está generando ansiedades, optimismos y angustias en los mercados tradicionales.

 

¿Cuál es el valor real de las criptomonedas?

Para poder establecer el valor real de una criptodivisa es adecuado previamente definir el valor real de cualquier otro tipo de moneda, con el fin de establecer un marco de referencia coherente y equilibrado.

 

El economista Javier Gómez Cabrera, en un artículo publicado en El Orden Mundial explica que con la consolidación de los Estados nación, a finales del siglo XVIII, las principales potencias de la época comenzaron a valorar sus monedas en función de la cantidad de oro y plata que poseían, siendo Gran Bretaña la primera nación en fijar un patrón de metal precioso a una divisa nacional:

“Sir Isaac Newton, como director de la Real Casa de la Moneda de Inglaterra, estableció en 1717 que el valor de una libra esterlina equivalía a unos 7,3 gramos de oro puro…”

“…Los bancos centrales de cada país tuvieron un rol esencial como encargados de acumular reservas de oro y a cambio emitir billetes de manera proporcional; así, si querías canjear tu billete de una libra esterlina, ibas al banco y este te daba el equivalente en oro.”.

Javier Gómez Cabrera

Pero si bien el sistema de patrón oro resultó al inicio ser muy eficiente para que el papel moneda correspondiera al valor de un bien tangible, la gran depresión de 1929 y el impacto económico de la Segunda Guerra Mundial provocaron que en julio de 1944 representantes de 44 países se reunieran para establecer nuevas reglas financieras y dilucidar un nuevo orden económico mundial. Fue en este escenario que Estados Unidos propuso sustituir el patrón oro por un patrón dólar, vinculado al oro a través de un acuerdo denominado Bretton Woods. La posterior perdida de la relación directa entre reservas y moneda circulante, conocida como el “Shock Nixon”, rompió por completo el modelo de patrón oro.

El anterior escenario convirtió al papel moneda en un documento cuyo valor está respaldado únicamente por la confianza los consumidores, pues al no existir un bien físico que lo respalde se convierte en una promesa futura de valor en donde la confianza en el banco emisor es garantía sobre el papel dinero. De este modo, hoy en el sistema financiero y bancario no es posible reclamarle al emisor de moneda los bienes de respaldo del dinero, que por demás ya tampoco existen.

 

¿Si el dinero físico que circula es ficticio, el virtual también podrá serlo?

En 2008, Satoshi Nakamoto (una persona o grupo de personas cuya existencia sigue envuelta en el misterio) publicó un artículo ​ que describía un sistema P2P (Punto a Punto) de dinero digital, y en 2009 lanzó el software Bitcoin, creando la red del mismo nombre y las primeras unidades de moneda digital.

A diferencia de las divisas físicas, como el dólar, que es dinero fiduciario ⎯es decir, que su valor depende solamente de la confianza⎯ emitido por la Reserva Federal, soportado en la creación de deuda, distribuido a través de los bancos comerciales e impreso en papel, el bitcoin utiliza un sistema de prueba de trabajo para simular el “minado” de materias primas, como un sistema productivo simulado y totalmente virtual. En teoría, el precio de los bitcoins se acerca al costo marginal de producción de la misma minería virtual (energía eléctrica, software, hardware, mano de obra, etc.), cuya escasez no es, por obvios motivos, «natural», sino generada a través de un algoritmo matemático. Esto llevó al economista George Selgin a denominar el valor del bitcoin como “materia prima sintética”, pero que en el caso del precio de mercado se comporta igual que cualquier bien tangible en virtud de la apreciación y depreciación en el proceso de oferta y demanda.

 

¿Quién o qué respalda las criptomonedas?

A diferencia de las monedas tradicionales que se encuentran respaldadas por una fiducia bancaria, la principal característica de una criptomoneda, incluyendo el bitcoin, es que carece de un banco central que la emita y respalde. Por tanto, es un bien cuya garantía reside en la seguridad criptográfica, es decir, se garantiza que un bloque de información, denominado blockchain, sea único e irreproducible. De ahí precisamente viene el nombre criptomoneda, con la raíz griega cripto significando secreto, codificado.

 

¿Qué determina el valor de una criptomoneda?

Como cualquier otra divisa, la oferta y la demanda es la que define el valor de las criptomonedas, en virtud de su apreciación o depreciación.

 

Uno de los principales motivos para que las criptomonedas sean altamente apreciadas es que se convirtieron en el medio de pago preferido en la dark web o “internet oscura”, llegando a soportar el pago de la mayor parte de las actividades delictivas que ocurre en este ciberespacio.

Dado que para algunos delincuentes es difícil acceder al sistema bancario sin ser detectados, el bitcoin y casi todas las criptomonedas se convirtieron en una herramienta muy útil para el comercio ilegal que fluye por la internet oscura.  

De otro lado, las criptodivisas se han convertido en una fuente de nuevas oportunidades para los especuladores, que ante la falta de controles gubernamentales han potenciado sus modelos de negocios obteniendo millonarias ganancias, aunque también, como es de esperar en apuestas tan arriesgadas, enormes pérdidas.

Finalmente, los criptovalores se han abierto un espacio como medio de pago para múltiples servicios y transacciones legales virtuales, dada su facilidad transaccional y por ser considerado por muchos como una excelente alternativa al sistema bancario tradicional. Incluso algunas entidades financieras han comenzado a invertir en estas divisas virtuales, y a inicios de este año JPMorgan lanzó la primera criptomoneda respaldada por un banco, lo que demuestra que el sistema financiero convencional convertirá a su mayor enemigo en una línea de negocios más.

 

En conclusión, al compararse las monedas físicas y las criptomonedas, vemos que en la actualidad ambas carecen de un respaldo real o material que sustente su valor de mercado. Por esto es la oferta y demanda la que en la práctica determina su apreciación o depreciación. Pero mientras la criptomoneda depende totalmente de los avatares de ese mercado, las divisas tradicionales están franquiciadas por los bancos centrales que las convierten en títulos fiduciarios, lo que las hace más estables, menos volátiles y un poco más predecibles, ya que finalmente son las economías propias de cada país la verdadera garantía.

 

En el caso de las criptomonedas, probablemente sean las economías irregulares los principales respaldos, al ser estas un método eficaz de pago difícil de rastrear en las estructuras del sistema financiero global. Además de ser muy apreciadas por especuladores y grupos anarquistas, y de convertirse hoy en un método de pago digital alternativo, las criptomonedas son divisas muy novedosas e innovadoras, pero altamente volátiles, impredecibles y, por consiguiente, riesgosas.

 

Solo el tiempo dirá con certeza si las criptomonedas se convertirán en el medio de pago del futuro, si coexistirán con las monedas tradicionales o si son simplemente una moda pasajera e inviable.

  1. https://www.larepublica.co/finanzas/en-bitcoin-se-mueven-alrededor-de-us700-millones-cada-dia-2506671
  2. https://elordenmundial.com/hagase-el-dinero-como-funciona-el-sistema-monetario/
  3. Selgin, George (13 de abril de 2013). «Synthetic Commodity Money». https://pdfs.semanticscholar.org/5b43/e330151cdc60e93403fd7a36050912282630.pdf

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