El agotamiento de los medios masivos y la objetividad informativa

Compartir

El académico estadounidense Henry Jenkins afirma que la convergencia representa el cambio de paradigma más importante de la contemporaneidad, pues evidencia “el paso de los contenidos específicos de un medio a los contenidos que fluyen por múltiples plataformas mediáticas, a los diversos modos de acceder a los contenidos y a las relaciones cada vez más complejas entre los medios corporativos y la cultura participativa”.

 

La convergencia resultante de la computarización de los dispositivos tecnológicos ha significado el cambio histórico más importante de la comunicación desde la imprenta hasta ahora. Su principal producto es la denominada “comunicación digital”, un entorno diverso y multifacético que está transformando radicalmente el ecosistema de los medios de comunicación, causando dispersión de pantallas y plataformas, expansión de contenidos, segmentación de audiencias y atomización de la pauta publicitaria, como analizaremos en este espacio.

 

¿Se agotarán los medios de comunicación masiva?

 

De aquellos tiempos en los que un programa de televisión podía superar los 50 puntos de rating queda muy poco. Difícilmente un evento extraordinario en vivo, como una final deportiva o la entrega de los Oscar, alcanza los 40 puntos en cualquier país del mundo. Aunque es claro que los medios tradicionales siguen y seguirán vivos por mucho tiempo, tal y como lo hemos afirmado sostenidamente en este espacio, está claro que esos medios han venido perdiendo su capacidad para ser masivos, no solo en la televisión sino en todas las plataformas posibles. Incluso en el cine las salas son cada vez más pequeñas y los récords de taquilla van a la baja, así como los periódicos tienen tirajes cada vez menores y las emisoras de radio audiencias más reducidas.

 

Dispersión de pantallas y plataformas

Una de las principales consecuencias de la convergencia tecnológica es la dispersión de pantallas y plataformas. Antes, el audiovisual solo se consumía o en el cine o en la televisión; hoy, gracias a la convergencia tecnológica, es posible consumir video no solo en esas plataformas sino también en móviles, computadoras, sistemas de video en autos, buses y aviones, en las tabletas y hasta en las puertas de las neveras, situación que ocurre  también con la prensa y la radio.

 

El video ya no se consume linealmente sino también con múltiples estrategias narrativas hipermediadas, que van desde el consumo en demanda, pasando por el prosumo de las audiencias hasta el video interactivo.

 

Todo lo anterior derivó en cambios en las costumbres y formas de acceso, que ya no solo se manifiestan con prácticas sedentarias como estar sentado en una butaca de cine o en el sofá de la casa, sino que emergieron prácticas nómadas de consumo, caminando, en un tren, avión, bus o en el auto.

 

Tantas pantallas, estrategias de distribución y formas de consumo han sido un detonante que aumento la oferta del consumo de contenidos, contribuyendo a destronar la hegemonía de los medios tradicionales, como lo ha documentado ampliamente el autor argentino Martín Becerra en muchas de sus publicaciones. Y al aumentar la oferta, se expanden también los canales y medios.

 

Expansión de contenidos

 

Ante la amplia oferta de plataformas y pantallas, el creciente abanico de posibilidades para consumir contenidos y las múltiples formas de distribución, los modelos tradicionales de creación de contenidos se quedaron insuficientes y se hizo necesario el diseño de nuevas fórmulas de narración hipermedial.

 

Es así como emergió el transmedia, una potente estrategia para la creación de contenidos adaptables a los impredecibles ecosistemas mediáticos, reconociendo las audiencias como prosumidores esenciales en la estructura de todas las franquicias.

 

Una definición construida en artículos anteriores nos permitió entender la narración transmedia como un proyecto o franquicia compuesto por una Historia (Universo), con muchos Relatos (Mundos), que se expanden sobre Escenarios (Pantallas) y transitan por diversas Plataformas, desencadenando en lo posible un Fandom orgánico.

 

Tal vez pueda interesarle el artículo: Entendiendo y dimensionando la narrativa transmedia

 

La Narración Transmedia ha permitido flexibilizar los contenidos volviéndolos líquidos y expansivos, de tal forma que las historias se puedan desplegar articuladamente en múltiples pantallas y plataformas con diversas estrategias de distribución para variopintas formas de consumo. Esto promueve una explosión de nuevas producciones nunca vistas en la historia de la humanidad, aumentado colosalmente la oferta global de contenidos. Esta explosión va de la mano de una explosión similar pero ya no en la oferta, sino en la diversidad de la demanda.

Segmentación de Audiencias

A medida que la oferta de contenidos ha venido creciendo globalmente, las temáticas se han venido ampliando y diversificando como una consecuencia lógica de dicha sobre oferta, ya que solo los valores agregados y las temáticas específicas permiten seducir a un público particular, aunque sacrificando cantidad en búsqueda de calidad en las audiencias.

 

A diferencia de como ocurría a finales del siglo XX, cuando la oferta de medios era generalista y escasa, hoy nos enfrentamos a contenidos tan variados y diversos como las audiencias mismas. Por ejemplo, en la década de los 80, para ver un contenido de cocina era necesario esperar en un canal de televisión que a una hora específica dieran un programa de cocina, mientras hoy, en cualquier plataforma bajo demanda como YouTube, es posible encontrar contenidos de un tipo de receta específica, de una región del mundo en particular, preparada por un chef determinado.

 

Lo anterior desencadenó una segmentación de audiencias las cuales, en virtud de sus gustos, necesidades, aspiraciones, ubicación geográfica y características sociodemográficas demandan contenidos a su medida, fragmentando aún más el mercado de los contenidos. Los productores y creadores de contenidos de hoy ya no solo deben pensar en los canales donde pueden emitir sus contenidos, sino tener en cuenta la enorme diversidad de audiencias y tener estrategias de promoción efectivas y dirigidas muchas veces a nichos pequeños y especializados. Y ahí entra el asunto más espinoso: la pauta.

 

Atomización de la pauta publicitaria

En un ecosistema con plataformas diversificadas, contenidos expandidos y audiencias segmentadas fue inevitable que la pauta publicitaria ⎯principal forma de financiación de los medios⎯ terminara atomizándose en tantas partes como medios y plataformas existentes, arriesgando la viabilidad financiera tanto de los medios tradicionales o de referencia, como de los nuevos medios. Esto los obliga a tener que buscar nuevas formas y estrategias de financiación que les permitan sobrevivir, desde el cobro por demanda del contenido que ofrecen, que fragmenta mucho más las audiencias, hasta comprometer su independencia en búsqueda de otras formas de financiación.

 

¿A qué nos referimos con “comprometer la independencia” del medio o contenido? Este punto es complejo pues tiene que ver con toda la economía en la que los grandes medios y empresas parecen no tolerar la existencia de pequeños competidores, y comienzan a cercarlos hasta quebrarlos o comprarlos. Es el fenómeno llamado concentración excesiva de medios.

 

Concentración de medios tradicionales o de referencia

A medida que las plataformas, contenidos, audiencias y pauta publicitaria se expandieron y fragmentaron como consecuencia de la convergencia, paradójicamente la propiedad de los medios tradicionales o de referencia se comenzó a contraer, converger y concentrar en unos pocos grupos económicos. La mayoría de ellos buscan direccionar los contenidos en favor de sus intereses económicos, políticos, de mercado y sociales, lo que en términos simples significa que ante la imposibilidad de que los medios tradicionales puedan financiarse por sí mismos en un ecosistema digital, pasan a depender de grandes intereses económicos corporativos, comprometiéndose la objetividad, imparcialidad e independencia.

 

Pero esta no es la única forma de concentración, pues muchos medios locales, regionales y comunitarios han desaparecido por falta de financiamiento y solo han logrado sobrevivir los que obtienen recursos de los gobiernos en sus zonas de cobertura. Este tema ha sido ampliamente estudiado por organizaciones como la FLIP ⎯Fundación para la libertad de prensa⎯, que afirma que esta situación termina comprometiendo la objetividad e imparcialidad informativa de los contenidos que consumen los ciudadanos.

 

Otro tipo de concentración es la de proveedores de televisión e Internet, por lo que la oferta se ha visto dramáticamente reducida en los últimos años especialmente en América Latina, una región en donde emergieron miles de operadores zonales de televisión por suscripción e Internet a finales del siglo pasado y que con el avance de las nuevas tecnologías han desaparecido dando paso a un reducido número de agentes de mercado que han concentrado prácticamente la prestación de estos servicios.

 

La verdad: la más sacrificada

Podría pensarse que ante la concentración de los medios tradicionales y el riesgo que esto representa para las democracias, la misma explosión de contenidos, medios y plataformas que han emergido en el ecosistema digital podría ser una alternativa de pluralismo, tal y como muchos autores lo afirmaban a principios de este siglo. Esto de alguna manera sigue siendo cierto, pues como nunca antes la humanidad está teniendo acceso ilimitado a la información que demanda, sin embargo, el mismo prosumo, al otorgarle a las audiencias la capacidad de producir contenidos, ha detonado que la credibilidad de los mismos decaiga y que se exacerben fenómenos como el de las fake news o noticias falsas, que aunque han existido desde siempre, con el objetivo de desinformar o manipular la opinión pública, terminan erosionando la credibilidad en los nuevos medios emergentes y la confianza en la información que se recibe por internet.

 

En Conclusión, los medios tradicionales o de referencia no se acabarán, pero si claramente han perdido su capacidad de ser masivos ante la dispersión de pantallas y plataformas, la expansión de contenidos, la segmentación de las audiencias y la atomización de la pauta publicitaria. Estos cambios han puesto en riesgo los modelos de financiación y ocasionado una mayor concentración de la propiedad de estos en unos pocos grupos económicos. Al mismo tiempo, millones de personas están produciendo todo tipo de contenidos alrededor del mundo que, si bien en muchos casos es de calidad, también compiten con todo tipo de informaciones falsas o fake news, difíciles de diferenciar de las verdaderas, especialmente para los usuarios muy ideologizados.

La humanidad esta viviendo un momento histórico sin precedentes, pues nunca ninguna otra generación de personas había tenido acceso a tanta y tan variada información y contenidos, en tantas y tan variadas plataformas y maneras de consumirlo. Sin embargo, se enfrenta a una paradoja, pues en el momento histórico en el que más acceso a la información tiene la humanidad, más opciones de medios existen y más contenidos se producen, mayor es el riesgo de desinformación, siendo la verdad y la objetividad los más amenazados en el ecosistema de los medios digitales.


  1. Convergence Culture: Where Old and New Media Collide, New York University Press, Henry Jenkins, Ediciónilustrada, reimpresa, revisada, NYU Press, 2008, ISBN 0814742955, 9780814742952, 353 páginas
  2. Cifras Kantar Media – Ibope
  3. https://andinalink.com/dvr-cuando-la-television-se-transforma-en-vod/
  4. Periodismo en reconstrucción, Volumen9 de Periodismo Activo, Josep Carles Rius, Edicions Universitat, Barcelona, 2016 ISBN 8447539865, 9788447539864, 250 páginas
  5. ¿Desaparecerá la prensa escrita? Colección Cuadernos hemerográficos, Jaime Uribe Botero, Asociación Universitaria de Información, 1984, Universidad de Texas, 15 Oct. 2008, 167 páginas
  6. Sociedad de la información: proyecto, convergencia y divergencia, Volumen21 de Enciclopedia latinoamericana de sociocultura y comunicación, Martín Becerra, Grupo Editorial Norma, 2003, ISBN 9580473056, 9789580473053, 156 páginas
  7. Relato digital. Continuidad y rompimiento en la narrativa, Nohemí Lugo Rodríguez, Editorial Digital del Tecnológico de Monterrey, 2018, ISBN 6075011366, 9786075011363, 481 páginas
  8. Hipermediaciones: Elementos para una Teoría de la Comunicación Digital Interactiva, Elibro Cátedra, Carlos Scolari, Editorial GEDISA, 2008 ISBN 8497844106, 9788497844109, 320 páginas
  9. https://andinalink.com/entendiendo-y-dimensionando-la-narrativa-transmedia/
  10. Narrativas transmedia: Cuando todos los medios cuentan, Carlos Alberto Scolari, Grupo Planeta Spain, 2013, ISBN 8423415821, 9788423415823, 379 páginas
  11. Modelos de televisión: generalista, temática y convergente con Internet, Volumen41 de Paidós Papeles de comunicación, Mariano Cebrián Herreros, Edición ilustrada Editor Paidós, 2004, ISBN 8449315379, 9788449315374, 319 páginas
  12. https://flip.org.co/cartografias-informacion/
  13. La Metamorfosis de la TV, Cuadernos de comunicación y prácticas sociales, Carmen Gómez-MontEdición ilustradaa, Universidad Iberoamericana, 1995 ISBN 9688592137, 9789688592137, 133 páginas

Por:

Gabriel E. Levy B.

Sobre el autor

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio
Abrir chat
1
Escanea el código
Hola 👋
¿En qué podemos ayudarte? Contáctanos y te atenderemos directamente