Los dispositivos de telecomunicaciones móviles computarizados, mejor conocidos como teléfonos celulares inteligentes (Smartphones), han marcado una de las más importantes revoluciones tecnológicas de este siglo. La evolución de la telefonía logró consolidar la tan anhelada omnipresencia en movimiento, pasando por la fotografía y el video inmediatista, hasta la posibilidad de conexión portable con acceso a internet, que a su vez permite gestionar correos electrónicos, páginas webs, medios sociales, aplicaciones especializadas y un sin número de servicios en línea en la mayoría de los casos que pueden interactuar entre ellos mismos.
Pero si bien los beneficios que ha traído esta tecnología son prácticamente innumerables y ha cambiado nuestra forma de vida, también ha servido como excusa para sustentar una parte de los discursos aniquiladores, que han pronosticado el fin apresurado de otras tecnologías y el agotamiento de muchos servicios, proponiendo que el móvil se convertirá en la única heredera sobreviviente de la convergencia, un argumento muy simplista que desconoce aspectos tan básicos como la ergonomía, eficiencia y confiabilidad. Un ejemplo sencillo para explicarlo es preguntarse si estaríamos dispuestos a remplazar un laptop por un móvil, para escribir una tesis universitaria.
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¿De qué forma los móviles están cambiando la industria de las telecomunicaciones?
Tomar una fotografía nunca fue tan fácil, es cuestión de abrir una aplicación, enfocar, encuadrar la imagen y obturar, pero más sencillo es poder compartirlo con cientos de amigos a través de un sistema de mensajería instantánea o un aplicativo de Socialmedia, enviarla por correo electrónico, almacenarla en la nube o simplemente verla una y otra vez en la pantalla de retina del mismo dispositivo, que además con otra simple aplicación ayudará a gestionarla y ordenarla junto con todas las demás fotografías.
Sin duda la experiencia de tomar, almacenar y compartir fotos evolucionó y se simplificó maravillosamente respecto del pasado, pero ello de ninguna forma significa que las cámaras digitales desaparecerán, pues para cualquier experto o aficionado un poco más exigente de la fotografía, la calidad de imagen que aportan los lentes profesionales, la profundidad de campo, el enfoque, poder captar objetos que se mueven a altas velocidades y muchos otros detalles, solo los puede garantizar un aparato tan especializado como la cámara fotográfica.
Por su parte el consumo de música en dispositivos móviles pareciera estar acabando con la radio tradicional, pues con aplicaciones especializadas se pueden crear listas personalizadas, compartirla con los amigos y acceder a las recomendaciones especializadas, al tiempo que es posible consumir millones de emisores en línea alrededor del mundo.
¿Pero qué pasa cuando nos quedamos sin datos o sin batería, o nos encontramos en una zona rural en donde la señal celular no llega?, sin duda el viejo radio portátil es la alternativa, y en el caso de los automóviles la manipulación de un móvil mientras se conduce es un delito, algo que no ocurre con el radio incorporado. Todo lo anterior sin contar el valor de proximidad de la radio con noticias locales, información de conciertos y el sorteo en muchos casos de entradas gratis para todo tipo de espectáculos.
Consumir video se convirtió en una experiencia fascinante cuando vamos en un bus y podemos enganchar la señal de un partido de fútbol, algo que hubiera sido imposible años atrás pues nadie cargaba en el transporte público con un televisor de 21 pulgadas. Es maravilloso ver en video las noticias del medio día, mientras se consume el almuerzo en la calle. Divertirse con un original video de YouTube mientras se espera en el consultorio médico puede resultar muy relajante. Ver un capítulo de una serie de Netflix mientras se espera que salga un vuelo en el aeropuerto, hace parecer corta una interminable espera. No obstante, un Smartphone no remplaza la experiencia de ver una película en un televisor de 50 pulgadas con sonido envolvente o la inigualable experiencia de ir a cine cuando se está cortejando una pareja, incluso difícilmente remplazará el televisor familiar ubicado en el comedor y que desde tiempos memorables ha servido para ver las noticias o ver los deportes en pantalla gigante en el bar de preferencia.
Abrir en un móvil una compleja hoja de cálculo con un presupuesto que se necesita de forma urgente y además poder renviárselo al jefe en cuestión de segundos, no solo aporta mucha tranquilidad, sino que seguramente evitará perder el empleo. No obstante, esta maravillosa posibilidad, de forma alguna implica que en un futuro cercano podamos proyectar un presupuesto desde el móvil, pues no solo la interfaz resulta ineficiente e insuficiente, sino que se va a requerir de muchas ventanas emergentes y documentos abiertos para poder reconstruir la información y esto en un móvil, puede ser una verdadera pesadilla.
Portabilidad, convergencia, expansión y omnipresencia
Los dispositivos móviles son una expansión portable y convergente de las costumbres de comunicación tradicional que han abierto una ventana de espacio tiempo sin precedentes, generando una real sensación de omnipresencia comunicativa, ampliando el rango de cobertura y funcionalidad de miles de experiencias que previamente requerían de muchos más dispositivos y a su vez dependencia geográfica. Una manera de entenderlo mejor es intentar inventariar todos los dispositivos que se requerirían para igualar el uso de un móvil en un rango de tiempo de una hora. Posiblemente se necesitaría de una cámara de fotos, un computador, un dispositivo de acceso a internet, un teléfono convencional, un calendario, un mapa, un GPS, un radio, un televisor, un periódico y una revista.
Ahora bien, el hecho que el móvil integre todos estos servicios en un mismo dispositivo tecnológico no significa necesariamente que los demás dispositivos desaparecerán, por el contrario, muchos de ellos se verán potenciados gracias al smartphone, lo que constituye una gran paradoja difícil de entender, pero que sin duda es parte de las características líquidas de una sociedad de la información convergente, multiplataforma y en red.
Las cifras del mercado de cámaras fotográficas muestran un notable descenso en la venta de las compactas, como resultado de la mejora significativa en los servicios incorporados de fotografía en los móviles; no obstante, el mismo efecto ha representando un aumento en las ventas globales de cámaras con lentes intercambiables. Según cifras del portal Statista, para el año 2003 se vendieron más de 40 millones de cámaras a nivel global, de las cuales alrededor de 5 millones fueron de lentes intercambiables. Para 2016 solo se vendieron 13 millones de cámaras fotográficas, pero de ellas alrededor de 9 millones fueron de lentes intercambiables.
A medida que las personas toman más fotos, quieren mejorar la práctica y cuando el móvil no alcanza a satisfacer la demanda de sus expectativas, adquiere (Si su poder adquisitivo lo permite) una cámara con lentes intercambiarles para mejorar su experiencia y la calidad de sus fotos, de esta manera el móvil le permitió a estas personas (Que de otra forma posiblemente no hubieran desarrollado el interés por la fotografía) conocer esta disciplina y querer ampliar sus horizontes en este campo, independientemente que para la mayoría de los usuarios, el smartphone seguirá siendo suficiente.
Consumo individualizado:
La individualización del consumo es una de las más importantes características que han desencadenado los Smartphone. Ciertas prácticas como el consumo audiovisual encontraron un nuevo escenario en el consumo individualizado, ya sea bajo demanda, a la carta o lineal, de igual forma ocurrió con el consumo informativo, es decir cada vez son más las personas que utilizan el móvil como dispositivo para consumir de manera personalizada contenidos.
Pero si bien este consumo individualizado creció, de manera paralela también ha crecido el consumo colectivo. Por ejemplo, invitar a tu pareja para ver juntos en la pantalla del televisor una maratón de tu serie favorita, es una nueva forma de cortejo que se está caracterizando como una práctica social cotidiana, o que una familia se reúna alrededor del televisor para ver una película sigue siendo una práctica habitual, demostrando que si bien el consumo individual crece con el fortalecimiento de los móviles, las características sociales y culturales empujan paralelamente tecnologías que propenden por el consumo colectivo, ya que al fin y al cabo somos seres sociales.
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Consumo nómada:
Finalmente es posible identificar el consumo nómada de información y medios, como uno de los aportes más llamativos que hace el móvil a nuestra sociedad contemporánea, pues es perfectamente posible leer un libro o una revista, ver las noticias o consumir un video gracioso mientras caminamos, corremos, vamos en el bus o en el metro, e incluso hoy en día en el avión, lo que aporta a nuestra particular cultura contemporánea el nomadismo como una práctica que se combina y alterna con nuestra sedentaria forma de vida.
En conclusión, si bien los dispositivos móviles computarizados llegaron para quedarse, lo harán como una ventana expandida y portable de las telecomunicaciones, promoviendo en su gran mayoría un consumo individualizado, en algunos casos nómada y aunque es evidente que han arrasado con tecnologías como los reproductores de música y las linternas, en la mayoría de los casos, el aumento que producen en el consumo de los servicios terminan fortaleciendo a sus competidores por su especificidad tecnológica.
El reduccionismo determinista y simplista que proponen algunos discursos apocalípticos, afirmando que el móvil destrozará las demás tecnologías y acabará con muchas industrias culturales, no solo distorsiona la realidad, sino que resulta intencionalmente muy perjudicial para ciertas industrias, sectores y medios, que se encuentran por el contrario en uno de sus mejores momentos de la historia, paradójicamente gracias al impulso que los móviles le han inyectado.
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Por:
Gabriel E. Levy B.