La 3GPP, organización multilateral encargada de gobernar los estándares de las comunicaciones celulares, anunció a finales de 2017 que oficialmente está listo el primer paquete de especificaciones para la próxima generación de tecnología móvil, el 5G.
El encuentro de 3GPP se realizó en Lisboa, Portugal, en diciembre de 2017. Del organismo hacen parte prácticamente todos los gigantes de las telecomunicaciones globales, como Telefónica, AT&T, China Mobile, Deutsche Telekom, Ericsson, Huawei, Intel, LG y Vodafone. Esa conjunción de prestadores de servicio de conexión con fabricantes de dispositivos es la que permite llegar a estándares viables, en plazos adecuados a los tiempos de la industria y el mercado, que, impulsadas por la empresa finlandesa Nokia, han venido acelerando el desarrollo de las tecnologías para que estén disponibles antes de lo previsto.
¿Pero qué beneficios reales traerá la tecnología de 5G?
Como lo analizamos en un artículo publicado en octubre de 2017, la tecnología que se desarrolle bajo el estándar de quinta generación 5G podría convertirse en la gran promesa de renovación de la telefonía celular, pues las velocidades que promete serían radicalmente mayores que las actuales, rondando un promedio de mínimo un gigabyte por segundo.
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Con esta capacidad puede esperarse un enorme crecimiento en los servicios conectados, abriendo así una puerta más amplia al Internet de las Cosas, que sería finalmente el desarrollo más beneficiado; al existir grandes velocidades inalámbricas, en las ciudades y en algunas zonas rurales con cobertura, sería posible manejar desde móviles todo tipo de dispositivos y sistemas, sin las restricciones actuales. Esto puede ya evidenciarse en la forma como los automóviles son cada día más dependientes de la Red, con aplicaciones como Waze generando una nueva forma de conducir.
Pero lo más relevante para las telecomunicaciones es que bajo el 5G podría ofrecerse planes de datos de capacidad casi ilimitada. En principio, la entrada del 5G será muy beneficiosa para la industria y los usuarios; no obstante, como lo advertimos en el primer artículo del tema, no podemos perder de vista los riesgos que esta innovación representa para el mismo sector, dada la amenaza que implica para el mercado de las telecomunicaciones fijas. Los proveedores de acceso cableado a Internet podrían estar ante la mayor crisis de su modelo de negocios, pues al lograrse altas velocidades de conexión móviles con paquetes mucho más robustos o incluso ilimitados algunos usuarios preferirán tener solamente una conexión celular, portátil, y prescindir de las conexiones domiciliarias.
Por otro lado, con el aumento de las velocidades inalámbricas, las OTT encontrarán un nuevo refugio en los móviles. Esto ya comienza a ocurrir, pero se consolidará con esta tecnología, que dará una ventaja nueva a las empresas de video por streaming con mayor calidad y cobertura.
Si bien la implementación del 5G ocurrirá en la próxima década, con las últimas noticias que han emergido esta semana queda claro que el desarrollo pasó de ser un estándar en papel a una realidad. Por tanto, es necesario que desde ya las Telcos que utilizan tecnologías cableadas se anticipen. Una estrategia es aumentar sus velocidades de acceso a la red por fibra óptica en la misma proporción que la prometida por el 5G, pues por ahora ninguna tecnología inalámbrica podrá superar la capacidad de la fibra óptica. Con una buena arquitectura, la fibra podría rápidamente doblar la promesa de capacidad del 5G.
Entre las otras opciones está licitar una licencia de 5G, vender o fusionarse con compañías que obtengan la licencia o buscar realizar acuerdos comerciales con dichas empresas.
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Este es el momento de tomar decisiones, actualizar los planes de inversión y anticiparse a los hechos, pero no hay que atropellarse: el camino que aún le falta por recorrer al 5G es largo, complejo y de algún modo incierto. Además, si tomamos como referente la experiencia del 4G, las dificultades no le serán ajenas, pues con la tecnología LTE no se logró consolidar la promesa de velocidad reales de conexión de 100 MBps. El 5G logrará llegar en teoría a velocidades de gigas, pero en la práctica difícilmente se verán dichos desempeños.
La fecha exacta en que comenzará a operar el 5G a nivel global es incierta. Muchos factores aún no han madurado, especialmente el regulatorio. Esta tecnología requerirá de más disposición de espectro, tarea que competirá a los Estados, y se deberá certificar procesos y abrir licitaciones para asignar frecuencias. Por parte de las compañías será necesario realizar inversiones en tecnología y estabilizar el servicio antes de tener el primer usuario conectado.
Por todos estos factores, promesas como las de Verizon, que procura que exista 5G para finales de 2018 o inicios de 2019, es improbable. Sin embargo, como la historia de las telecomunicaciones es sorpresiva y algo imprevisible, no está de más tomarse en serio desde ya lo que puede ser el inicio de una revolución en la conectividad y la relación entre usuarios y dispositivos.
Por:
Gabriel E. Levy B.
Sergio Andrés Urquijo M.